Capítulo cuarenta y cuatro: Ya no es una bebé

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Narra: Yisel.

La vida se trata de precisamente de tener complicaciones, pruebas que te hacen ver que todos somos iguales. No importa las etiquetas o el color de piel, a muchos le van bien. Al igual que a muchos le van mal, la vida no es nada fácil. Yo he vivido la vida siendo una mujer completamente sana, pero que sufre al pensar que su hermana pequeña esta sufriendo.

Por años fuy una mujer llena de amargura y obsesionada a que Camil fuera la niña más feliz del mundo. Aunque en el fondo sabía perfectamente que jamás la podría ser feliz, ya que nunca le podría quitar el dolor que llevaba ella por dentro. En muchas ocasiones me sentía pérdida, no sabía que era lo que debía hacer con una niña que necesitaba de mi ayuda las veinticuatro horas del día. Sam me ayudo a que esa Yisel Thompson no se terminará de perder, mi padre siempre se dedicó a mi hermana y a mi. Pero yo lo veia, veía su sufrimiento al no saber si ese tratamiento funcionaría o no. Miles de clínicas, varios países y ciudades, visitamos muchas aldeas para ver si tenían una cura o algo parecido, estábamos desesperado. Y el día llegó.

Ese 21 de abril del 2015. Mi padre estaba preparando todo para trasladar a Camil a Nevada. Pero en ese instante su doctor nos dio la mejor noticia que alguien nos podria dar, Camil se avia curado. Ya no tenía leucemia, esa fue la primera vez que mi a mi padre llorar de felicidad. Y el dolor se fue, y supimos que todo lo que aviamos hecho, valia la pena. Ya que la teníamos a ella a nuestro lado.

Y eso era más que magnífico. Mi felicidad se desapareció hace más de un año, jamás podré olvidar ese día.

*Flas*

15 meses antes.

---Camil. Camil cariño. ¿Adonde estas?---La busco por toda la casa con una gran felicidad. Sam acababa de pedirme matrimonio, me siento tan emocionada y en lo único que pienso es vivir este gran momento con mi hermanita

---Aquí estoy---yo corro asia su habitación. Y al verla le doy un gran abrazo---¿Que sucede?--- yo me alejo de ella sonriente y me tomándola de las manos.

--- Me voy a casar---digo con el corazón acelerado por tanta felicidad.

---¿Que?--- Me pregunta ella sorprendida y con una gran sonrisa.

---Que Sam me pido que me casará con el---yo alzó mi mano y le muestro mi anillo---y le he dicho que si.

---Yisel. No puede ser---ella me da un gran abrazo---¿no sabes lo feliz que estoy por ti?---nos separamos.

---¿No sabes lo feliz que estoy?. Obviamente tu y Lola deben ser mis damas de honor---y mi felicidad se esfumó. Así como se esfuma el fuego de una vela de cumpleaños cuando es soplada, pues así mismo me sucedió a mi. Solo soy excepción de mi, nunca me soplaron. Su mirada me hizo algo mejor, me grito. Me indicó que algo no estaba buen y que avia estado llorando. Mi sonrisa se borra deimediato y en mi solo quedaba preocupación---¿Que es lo que ocurre?.

Mi Ángel [Terminada].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora