Capítulo treinta y uno: Sótano y viejos recuerdos

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Narra: Camil.

Veo como las gotas caen una tras otra sin parar. Muchos dicen que caer no es estar derrotado, pero hay beses que si. Que cuando caes no te puedes levantar más, quedas derrotada para siempre. Quedas rota, un corazón remendado jamas podrá latir con la misma instesidas que un corazón totalmente completo. ¿Por que?. Por que los corazónes recomendados están rodeados de cicatrices, dolorosas cicatrices que te van calcomiendo día a día.

Muchos dicen que los recuerdos son lo único que quedan. ¿Pero qué es lo que sucede cuando esos recuerdos solo te producen daño?. Te producen dolor, hay miles de sentimientos.

Y ahora los míos son sentimientos encontrados, lo único que me queda es soñar con un mejor mañana, aunque el mañana pueda ser peor que el ayer o el presente mismo.

---¿Que haces?---Yisel me saca de mis pensamientos.

---Pensado. ¿Qué se supone que tengo con Oliver?.

---¿Ah que viene esa pregunta?--- me pregunta curiosa y tomando asiento en frente de mi.

---Ayer conocí a su ex novia. Ella solo llegó y lo beso en los labios como si nada, como si no me importará un poco que yo estuviera hay con el--pronuncio un poco enojada.

Recordar como me avia sentido en ese momento me duele más que cuando lo sufrí por primera vez, pensar tanto en lo que sucedió hace daño. Y no saben cuanto, es un daño muy diferente al que conocía. Es un daño más allá de lo que puedan imaginar, y no demostrarte derrotado es la clase del éxito.

Aprendí que la mayoría de las personas son felices cuando eres infeliz, y son infelices cuando eres feliz. Es algo totalmente egoísta, si. Ya lo sé, pero es justamente eso lo que nos emos vuelto. En personas egocéntrica y egoístas, esta mal. Ya lo sé, pero no es algo que uno pueda detener. El universo no se detiene solo por que tu no la estas pasando bien, hay miles de personas en el mundo muriendo ahora mismo. Y aunque deseemos detener eso, por más que hagamos ese esfuerzo no lograremos que esas personas dejen de morir.

---¿Y como te sentiste con eso?.

---Una tonta---doy una muy amarga sonrisa---en que me estoy aferrando de más en Oliver. Y eso no está nada bien.

---Quizás el pueda cambiarlo todo.

--- No. Me fascinaria pensar eso, pero en eso no me puedo mentir--Yisel solo suelta un gran suspiro.

---Ven---ella se levanta de su lugar y rápidamente me toma de la muñeca y me arrastra con ella.

---¿Adónde vamos?--- le pregunto un tanto curiosa, mi hermana solo detiene sus pasos y me mira a los ojos.

---¿Confías en mi?.

---¿Por qué preguntas eso?---pregunto un tanto confusa.

---Solo responderme. ¿Confías en mi?.

--- Por supuesto.

---Okay. En ese caso solo confía en mi, y no preguntes nada---Yo solo asiento, Yisel me toma nuevamente de la muñeca y sin mas me arrastra hasta el sótano.

---¿El sótano?--- le pregunto con una sonrisa.

---Te dije que nada de preguntas---me regaña un poco.

--- Okay. Perdón---pronucio como una niña pequeña. Las dos bajamos las escaleras, este sótano era nuestro lugar cuando avus fuertes tormentas.

*Flash*

14 años atrás.

---Yisel. Tengo mucho miedo---pronuncio abrazando con fuerza a mi hermana, y cerrando mis ojos con intensidad.

--- No estés tan asustada cariño. Nada malo te pasará mientras que yo este a tu lado---me dice dandome un beso en mi frente.

---¿Siempre estarás a mi lado?.

---Eso no tienes ni que preguntarlo, yo siempre. Escuchame bien mi vida, siempre estaré a tu lado.

---¿Sin importar que?.

---Así es. Sin importar que.

*Flash*

---Solíamos venir aquí cada vez que avia una tormenta---dice Yisel como se me hubiese leído la mente o algo por el estilo.

---Vivimis tantos momentos locos en este sótano---le digo con una sonrisa. Mi hermana de acerca a unas cajas que están ya lleva de polvo, y saca de hay unas bufandas---guau. Aún existen.

---Te encantaban usarlas cada vez que salías de la clínica---mi mirada se concentró en unos gran sombreros.

---Y a ti te encantaba usar estos---yo le pongo su sombreros y yo me pongo otro, ella sonriente me pone la bufanda y luego se pone la sulla.

---Mira lo que tengo aquí---no pude evitar lo soltar un pequeño grito al ver a Quim. Mi viejo oso de peluche, yo lo tomo en mis manos y acaricio su aún suave pelaje hecho de felfa---Siempre lo usabas cada vez que tenías miedo---me recuerda.

---¿Como olvidarlo?--- yo doy una sonrisa de tristesa pero a la misma vez de felicidad---este oso en serio me ayudo a poder soportar muchas quimios---le digo con una gran sonrisa.

---¿Sabes?--- Mi hermana se mete por unas muy viejas cajas---lo que necesitamos ahora mismo es música---una fuerte música se hace presente.

Yo dejo a Quim aún lado y solo comienzo a bailar sin parar con mi herma, nos subimos en todos los muebles viejos. Abrimos todas las cajas sacando muchas cosas viejas. Cosas de nuestra niñes.

Miles de recuerdos viene una tras otro sin parar, la alegría recorre por fin todo mi cuerpo. Ya me preguntaba que cuanto tiempo tendría que pasar para poder sentirme una vez más feliz con migo misma.

---Sacude esas nalgas---me dices con una sonrisa mi hermana y bailando como una demente total.

---Ya llego el rey de la pista---dice de la nada nuestro padre. El solo comienza a bailar de una manera algo vergonzosa.

Mi estómago ya me comenzaba a doler por tanto reir, mi boca ya estaba cansada de sonreír tanto. Pero aunque sintiera dolor no me quería detener, pero que de alguna suerte forma de sentía tan bien, tan viva.

---Muvete Camil---pronucia mi hermana con una sonrisa. Nuestro padre se pone un gran somprero, con una bufanda y unos lentes, yo comienzo a mover mi cuerpo de un lado ah otro.

Ya me encontraba agotada, pero una parte de mi me pedía a gritos que no parar.

Mi Ángel [Terminada].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora