Narra: Camil.
--- Ya te lo traigo---me dice la linda cajera.
---Gracias---ella sólo se marcha.
---Lindo cabello---yo me cruzo de un lado y quedó en frente de un simpático chico de cabello negro. Ojos azules oscuros, no muy llamativos en verdad. Y piel exageradamente blanca---perdon. Soy Quill. Quill Walter---el me extiende la mano con una sonrisa. Yo sólo la tomó y le regreso la sonrisa.
---Soy Camil.
---Es un gusto Camil---el sólo suelta mi mano---tu rostro me parece muy familiar. ¿Eres acaso familiar de Yisel Thompson?.
--- Así es. Es mi hermana de hecho, yo soy la hija menor del senador Roger Thomson.
---¿La novia de Oliver Vega?.
--- Así es---le doy una gran sonrisa---¿Lo conoces?---pregunto curiosa.
--- Así es. Solíamos trabajar juntos, hasta que lo ascendieron. Debo decir que era muy hermosa.
---Muchas gracias.
---Aunque también me asombra su elección.
---Disculpa---lo miro con confusión. No comprendía lo que trataba de decirme.
---Ósea, no querer estar con alguien durante tanto tiempo. Y luego viene, y se enamora de una hija de un senador. Irse a vivir con ella sabiendo que tarde o temprano, terminará sólo. Es muy admirable en realidad, pasar por todo ese dolor otra vez. La muerte de sus padre realmente lo marcó, y ahora despertar cada día sabiendo que el amor de tu vida. Tarde o temprano podría morir, es muy valiente de su parte.
*Flash*
2 meses atrás.
-Me encantaría saber que sucede en esa cabecita-suelto un gran suspiro.
-¿Que crees que sucederá cuando todo esto acabe?. Cuando me marché, Sam. Podrás creerme loca. Pero en este punto, me importa más en lo que el sentirá. Que en si sufriré cuando de ese suspiro final-y de la nada me dio pavor morir. Me negaba ha creer que después de la muerte ya no había nada. Que ya todo se terminaba, me negaba rotundamente creer algo como eso.
-¿Sabes?. Un día un anciano fue al doctor. El doctor le pidió que se desvistiera y se sometiera ah una serie de exámenes. El anciano muy tranquilo hizo todo lo que le ordenó su doctor, dos semanas después. Volvio al consultorio. Tenía cáncer en la próstata, el doctor le dijo que solo le deba dos semanas de vida. El anciano solo se marchó, tres semanas después. Volvió a el consultorio, el doctor no podia creer lo que veía, el anciano se veía mejor que el. Asi que le pido que se sometiera nuevamente a los exámenes que ya les avian hecho hace cinco semanas atrás. Parecía casi imposible lo que sucedía, el anciano se encontraba más sano que un hombre de treinta años-le doy una amplia sonrisa-¿Te puedo pedir una cosa?-asiento con tranquilidad. Con tanta paz-no vuelvas a preguntarme algo como eso. Camil, princesa. Eres más fuerte de lo que todos creen. Eres más fuerte de lo que tú crees, no creía en los milagros-el sonido de las olas eran tan relajante. Tan pasifico-hasta que te conocí. Y hay empeze a creer en todos, princesa. Lo lograrás, no te dejaremos ir tan fácilmente-suelto una pequeña risita-tendras una larga vida alado de Oliver. Ya lo veras.
*Flash*
-Un café bien cargado. Para Quill Walter-anuncia la chica. El se acerca a esta, toma su pedido y lo paga.
-Fue un placer haberte conocido Camil-y solo se fue. Sus palabras habían sido una gran avalancha de pura realidad, me volvió a mi cruel y tan dura realidad.
................
En este punto de mi vida realmente necesitaba un milagro. Una señal de que alguien estaba alla arriba vigilandome y cuidando cada paso que doy, pero la verdad es que muero cada día que paso.
Lo siento. Puedo sentir como mi cuerpo se debilita cada segundo que pasa, mi tiempo se está agotando. Y ya he tomado una desición, probablemente halla sido lo más dura de mi vida. Pero era necesario, era primordial por su felicidad.
Así estará bien. Merece algo mejor, y no solo puedo quedarme sentada esperando algo que quizás nunca pase. No puedo quedarme más tiempo, mi historia a su lado se ha terminado. Nunca podré olvidar la vez que lo conocí
*Flash*
2 años atrás.
-Mucho gusto. Oliver Vega-me digo con una muy linda sonrisa.
-Camil. Camil Thompson-digo tomando su mano.
*Flash*
Mis momentos más apreciados habían sido a su lado.
-¿Que sucede?-el solo camina asia mi y toma mi rostro en sus manos. En sus ojos podía notar claramente la preocupación, nunca podré olvidar todo lo que viví a su lado. Viviré el tiempo que me queda, en todos los recuerdos de estos dos años. Es que si de algo estoy segura, es que nunca podré olvidar su preciosa sonrisa, sus penetrantes pero a la misma vez. Tan dulce mirada, sus besos. Sus caricias, sus tiernas palabras. Oliver Vega es sin duda alguna el amor de mi vida, será por siempre. Ese hombre que lleno mi vida de tanta alegría, de tanto amor y comprensión. Esto me duele demasiado, pero es necesario para que el sea feliz-me preocupe cuando me llamaste lo oficina-como me gustaría que nada de esto hubiera pasado. Que está historia hubiese sido distinta, y que pudiéramos tener una final feliz.
-No hay nada de que preocuparse. Estoy bien-no queria que se preocupara.
-Angel-el pega su frente la mía. Dios santo, lo extrañaria tanto. Y lo amaría hasta mi último suspiro, hasta que mi corazón dejara de latir. Como me dolía saber que jamás podríamos cumplir todos nuestros sueños, nunca podría escuchar un hermoso bebé diciéndole papá. Jamás podríamos ser una familia. Pero lo que más me dolía, era saber que no lo iba poder envejecer.
-Nada sucede.
-¿Segura?-el acaricia mi rostro con tanta dulzura. Con tanta ternura-por que no se lo que aria si algo te pasará-su mirada solo me absorvio. Mis lágrimas amenazaban con salir, si me quedaba. Lo condenaba, y si me iba. El podría ser feliz, es horrible saber que el mayor dolor de su vida será tu partida. Saber que sería yo la causante de su sufrimiento, me aterraba. No quería esto para el. No podría proteger a mi familia de este atroz sufrimiento, pero por lo menos si lo podia salvar a el.
-Todo está bien-yo limpio mis lágrimas. Su mirada solo me consumía cada vez más-solo quería pasar el día con todo-su preciosa sonrisa se hace presente. Se acerca a mi y besa mis labios con tanta dulzura. Tanto amor, desearía paralizar el tiempo y vivir en este pequeño pero tan significativo momento de mi vida. Me marcharía, pero atesoraria por el resto de mi vida, mi tiempo a su lado.
-¿Sabes lo mucho que te amo?-lo miro a los ojos-eres el amor de mi vida Camil Tomposon-esto me dolía demasiado. No quería esto, pero era lo mejor. Ya esto no se trataba de mi, si no de el. De su felicidad y su bienestar.
-Y tu el mío Oliver Vega-venir a Nueva York fue la mejor decisión de mi vida. Y haber conocido a Oliver, fue el regalo más maravilloso que la vida me pudo dar.
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Mi Ángel [Terminada].
RandomCamil es una hermosa joven de veintidós años. Su padre es un poderoso senador, Camil encuentra el amor en los brazos de Oliver Vega, un joven periodista de veintisiete años.