Narra: Camil.
--- Camil. Ella es mi abuela---luce nerviosa---abuela. Ella es Camil Thompson.
---Mucho gusto preciosa. Me llamo Julia, pero me puedes decir abuela Juliea.
---Abuela---y cuando su abuela estuvo apunto de responderle, llega Linda.
--- Camil. No sabía que estarías aquí.
---Oliver me invito. Pero si prefieres me puedo ir.
--- No no no, me gusta mucho que allas venido---yo solo le doy una sonrisa---hermanito. ¿Será que podemos hablar?.
Linda luce algo incómoda con mi precensia, no deseo estar en un lugar donde no me quieren, pero Oliver me invito. Y ella dijo que le gustaba que alla venido, si fue ironía no lo oculto muy bien que digamos.
---Emmm.... angel, ya regresó---yo solo asiento.
Y sin mas se marcha con su hermana.
---¿No sabes cuando me alegra que estés aquí?. Esta es la primera vez que Oliver trae a una chica ha la casa.
--- No no no. El y yo solo somos amigos---le explico.
---Si es así como ustedes dos lo quieren creer. Por mi esta bien---la señora me guiña un ojo, y yo no pude evitar no sonrojarme de la vergüenza---ven. Entremos, por que si no entramos este horrible frío terminará asesinando.
Al entrar me encuentro con una muy preciosa casa. Con cosas muy costosas.
---Si casa es sublime---le digo con una sonrisa.
--- No es mía cariño. Es de mis nietos, esta es la herencia que le dejo mi hijo---en sus ojos puedo notar la tristeza---Oliver es el que más se parece a el. Aunque no lo pienses, él aún tienes sentimientos.
--- De eso no tengo ni la menor duda. Oliver es un chico muy especial.
---Pues eso sí. Además, no es su culpa---la señora da un gran suspiro---después de la muerte de sus padres el se volvió de esa manera.
---Disculpe el atrevimiento. ¿Pero qué edad tenía Oliver cuando sus padres fallecieron?---pregunto un tanto curiosa por saber.
---Ummmm.... Si mi memoria no me falla, el tenía unos doce años.
Y con esas pocas palabras fue como pude comprender quien era realmente Oliver Vega. Y lo que veia en el no era todo mentira, él había conocida ya el dolor a caer propia al perder ha sus padres. Llevo todos sus sentimientos a un baúl y los encerró en el, no permitía que nadie se atreviera a mover esos sentimientos. Por eso tanta franqueza, tanta seguridad y a la misma vez tanta inseguridad. Hoy pude entender por que se comportaba de esa manera.
Narra: Oliver.
---¿Que hace ella aquí?---esta furiosa---Oliver. ¿Que es lo que esta ocurriendo.
---¿De qué hablas?--- no comprendía lo que me trataba de decir---solo la he invitado ha comer. ¿Que tiene eso de malo?.
---Que la trajiste acá y hasta conoció a nuestra abuela.
---¿Y eso que?. Creí que Camil te simpasitaba mejor---le digo cruzandome de brazos.
---Por supuesto que si me simpatizas.
---¿Entonces por que razón está tan enojada con migo?.
---Por que la acabarás dañando---ella desvía completamente su mirada de la mia.
Sabía perfectamente que su temor era específicamente ese, pero no lo quería aceptar. No quería admitir mi puta realidad, y eso fue por que simplemente no quería enfocarme en la persona que soy. En la persona que siempre fuy pero odio con todas mis fuerzas.
Deseaba vivir por primera vez sin barreras, sin mis propias barreras. Sin mis propias reglas, soy un hombre sin alma, soy incapaz de pensar en alguien que no sea en mi. O eso es lo que dicen, y es lo que yo mismo he comprobado en varias ocasiones de mi vida.
---Pesaba que me querías ver feliz.
---¿Ella te hace feliz?---su mirada se enfoca directamente en la mía.
--- De alguna cierta forma si. Asi que lo mejor sera que no te metas en esto.
Yo entro a la casa sin decir nada más, entro a la cocina y hay me encuentro con mi abuela y Camil cocinando.
En sus ojos puedes ver felicidad, su rostro de angel me deja clavado como un bobo, y simplemente no puedo dejar de pensar.
Mi cerebro no puede parar de máquinar miles de cosas. Mi pasado, mi presente. Y que un futuro para Oliver Vega no existe. No deseaba un futuro para mi, ella llegó como si nada y se quiso apodera de mis pensamientos, quiso abrir el baúl donde guardaba todos mis sentimientos, esa niñita ricachona de alguna manera ganó mi atención. Y si, al final se apoderó de todos mis pensamientos, y es que ya no existe ningun pensamiento que no este ella incluida, abrió con tanta facilidad el baúl que guarde y selle adentro de mi por tontos años, ella lo abrió como si nada y ahora mis sentimientos me estaban volviendo loca.
No deseo dañarla, y en cierta forma lo mejor sería alejaría de mi, pero hay algo en ella que me atrae. Se perfectamente lo que ocurre con migo, pero no deseo que sufra. No quiero volver esto más grande de lo que ya se está volviendo.
Ella se da la vuelta, y con su mano me saluda y me da una sonrisa.
Me quedé plasmado, sentía tanta rabia que trate de no explotar.
Su puta sonrisa la amaba y eso es lo que mas coraje me da.
Salgo de la cocina. Todo me comienza ha dar vuelta, y es como si estuviera dentro de mi cabeza.
---¿Estas bien?.
--- No te quiero oir---le pido tratando de contener la calma---no ahora.
La apartó de mi camino. Es mi hermana, pero de alguna forma no es suficiente para que yo sea feliz. ¿La razón?. Pues simplemente la felicidad no estuvo hecha presisamente para mi, estamos hablando de un arrogante y deposta egocéntrico que la mayoría de las personas odia. El odio que sentian las otras personas por mi, realmente nunca me importó. Jamás me importó algo que dijieran las personas con respecto a mi.
---Oliver. Adonde vas.
Así que salí de esa casa ignorando completamente los gritos de mi hermana. Ella lo arruinó, Camil Thompson es mi nueva condena. Ya tengo suficientes condenas en mi vida como para ahora cargar con otra, no deseo verla.
Pero a la misma vez que se convirtió en una adicción, saber que está bien. Si necesita algo o que es lo que hace, si esta triste o feliz. Si algo le duele o no.
Mi alma esta con un gran dolor desde hace años. Y ahora ella lo empeoró todo.
ESTÁS LEYENDO
Mi Ángel [Terminada].
RandomCamil es una hermosa joven de veintidós años. Su padre es un poderoso senador, Camil encuentra el amor en los brazos de Oliver Vega, un joven periodista de veintisiete años.