Capítulo dos: Camil Thompson

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Narra: Camil.

En esas cuatro paredes blancas muy bien decoradas seme fue toda mi infancia. Y en un solo abrir y parpadear de ojos esas puertas frías y duras se derrumbaron.

Se derrumbaron dejandome ver un mundo muy distinto a el que conozco. Un mundo que ni siquiera tenia la menor idea de que existía.

-Camil-la delicada voz de mi hermana me saca completamente de mis pensamientos--¿Estas bien?-- me pregunta preocupada por mi.

Y creo que así fue siempre. O por lomenos hasta donde recuerdo siempre fue así, mi hermana y mi padre.

Protegiandome en una pequeña caja de cartón. Mi caja de cartón.

-Estoy bien-le digo con una pequeña sonrisa.

-¿Estas Segura?.

Yo solo asiento.

- De acuerdo. Ire con papá. ¿Me esperas?- Me pregunta con una sonrisa.

-Estaré bien aquí. Tu ve con papá.

Mi hermana solo asiente y con una hermosa sonrisa va caminando así nuestro padre. Y hay me encontraba yo.

Totalmente sola, con miles de inseguridades y con miedo a lo desconocido. Miedo a fallar, a fallarle a mi padre y a mi hermana.

Y en ese mismo instante lo vi. Un guapo chico de cabello oscuro, ojos color café y tez blanca entra a el salón. Con un elegante esmoquin color negro y con una hermosa sonrisa.

Mi hermana se da la vuelta y camina a mi dirección junto con nuestro padre y su prometido. Sam.

-¿Estas bien?.

-Si. No te preocupes por mi, estoy perfecta-le digo con una sonrisa.

-Camil. No me pidas que no me preocupé por ti--me dice con una dulce mirada de amor y de protección--porque jamas podré dejar de protegerte. No me permitiría que algo te llegará a pasar.

Desde que murió nuestra madre. Yisel a tomado su lugar, yo no le pedí que tomará el lugar de nuestra madre. Pero ella simplemente con una gran sonrisa lo tomo sin ninguna queja.

-Señor senador--en ese instante llega Linda Vega--Camil. Linda--me dice con una dulce sonrisa.

Desde que tengo memoria. Los pocos que sabían de mi existencia era mi padre, mi mejor amiga Lola. mi hermana. Su prometido Sam y Linda, y por supuesto.

Su esposo. Carlos.

-Luces muy hermosa la noche de hoy-me dice con una sonrisa.

-Gracias-respondo sonrojada.

-Hermanita. Ya volvemos-me avisa mi hermana.

Yo solo asiento y ella solo se marcha con nuestro padre y el esposo de Linda.

- Se que tu padre dijo que no metiese ningún tipo de medios de comunicación. Pero el es mi hermano.

Y en ese instante se posa en mi frente el guapo chico que entró hace algunos minutos. Mi corazón late a mil por ora.

Yo lo miro a los ojos y le doy una tímida y tonta sonrisa.

-Mucho gusto. Oliver Vega-me digo con una muy linda sonrisa.

-Camil. Camil Thompson-digo tomando su mano.

-Espero que no sea mucha molestia. ¿Pero te gustaría aceptar una entrevista para el canal nueve?- me propone.

Jamás me gustaron las cámaras. Era una de esas chicas que pasaba todos sus fines de semanas llorando por el dolor que sentía mi cuerpo. Mi sonrisa se borraba cada vez que miraba mi espantoso aspecto.

Sin cabello. Con terribles bolsas debajo de los ojos y con un terrible dolor de cabeza.

-No se si eso sea apropiado-digo tratando de evitar su penetrante mirada.

- Me arias un favor.

- Es que no me gusta las cámaras.

-Bueno. En eso no hay ningún problema, yo solo te are unas preguntas. Sin cámaras-me dice con una sonrisa.

Y debo admitir que esa a sido la sonrisa más linda que e visto en mi vida. Y en mis recuerdos solo me trae a.

Adán.

*Flash*

Diez años atrás.

-Por favor-le supico.

- De acuerdo. Toma-me dice dandome un poco de pudin.

-Muchas gracias-le digo con una sonrisa.

- No es nada preciosa-me dice mostrándome una dulce, tierna y muy hermosa sonrisa.

*Flash*

Adán era un gran enfermero. Siempre me complace en mis caprichos. Y por esa obvia razón el que siempre me voy a odiar.

Por que por mi culpa lo echaron de su trabajo.

-¿Entonces?. ¿Que dices?.

- No lo sé-digo timida.

-Solo dame una semana-me dice con una sonrisa y con las manos en sus pantalones.

-En pocos días me iré.

-¿Adonde?- me pregunta curioso de mi respuesta.

-Francia.

-¿Y qué aras alla?.

Yo solo lo miro a los ojos con una sonrisa y subo mis hombros.

-¿Cuanto tiempo te quedarás?-- No respondo nada--Hagamos una cosa--el saca una libreta de su pantalón y un lapicero y comienza a notar en ella--si por alguna loca razón decides cambiar de parecer este es mi número.

El arranca la hoja que estaba anotando en ella ase algunos segundos y me la da.

-Cualquier cosa que quieras o necesites llama. No dudare en llegar-me dice con dulzura.

Y hay estaba. Completamente paralizada, sin saber que hacer o decir.

Y solo en estado de shock.

- Te puedo asegurar que Nueva York es más divertido que Francia.

-Donde voy no me divierto.

-¿Entonces que es lo que haces en tu tiempo libre?.

-Imaginar.

-¿Imaginar?- me pregunta con confusión.

-Así es. Imaginar es la mejor opción de ser feliz, por lomenos para mi. Imaginar hacer tus sueños realidad y cumplir todos tus anhelos-digo con una sonrisa.

Y no se porque. Pero por ese pequeño microsegundo de tiempo me sentí totalmente libre, y lo más asombroso fue que pude sentir que podía confiar en el.

En un completamente. Que podría hasta hacerme daño, aunque si lo ven de mi manera.

No hay nadie más con la fuerza suficiente que me haga más daño que mi antigua enfermedad.

Así que decidí arriesgar. Al fin de cuentas, la vida se trata de la eso.

De arriesgar.

-¿Y no preferirías cumplir todos esos sueños y anhelos en la vida real?- me dice con esa linda sonrisa que me empieza a encantar.

- Es que son muchos sueños-digo con timidez.

-¿Qué tantos?.

- Lo suficiente como para necesitar otra vida para poder alcanzar a cumplirlos todos.

-¿Es enserio--yo solo asiento--¿Y como te sentiría saber que yo puedo cumplir todos tus sueños?. Y te aseguro que no necesitaré otra vida para hacerlo angel.

Y desde hay todo se paralizó. Por lomenos para mi, o así fue justamente como me sentí en ese momento. En aquel momento.

Mi Ángel [Terminada].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora