Narra: Camil.
El brillar de sus ojos. La dulzura de su sonrisa, sus manos tan grande y masculinas. Ese nunar en sima de su labios, su aroma era como una droga para mi. Sus labios recorrido toda mi piel, esos momentos son es mi mayor tesoro.
Mi corazón lo ama cada día más, mi cuerpo me pide estar con el suyo. Mis labios ya extrañar los suyos, sabía que esto sucederia. Estaba consciente de lo que ocurriría cuando me fuera.
Pero nunca creí que esto me llegaría a doler demasiado. A extrañarlo con tanta demensia, que lo llegaria a necesitar tanto como el aire para respirar. Solo quiero volver, pero solo vuelvo a recordar mi triste realidad. Y que tenerlo a mi lado solo lo estancaria con migo. Su felicidad es lo único que realmente me importa, y estar alejada de el. Será lo mejor para que pueda construir una vida con una mujer que si se pueda quedar a su lado.
Y que pueda tener ese futuro que yo ya no le puedo dar.
-Estube investigando un poco. Y es increíble cuanto tratamientos hay.
-Papa-ya no quería más.
-He investigado y hay doctores muy buenos.
-Papa-ya no quería escuchar nada más. Estaba cansada de todo.
-Lo podremos lograr. Solo hay que....
-Ya basta-lo interrumpo por completo-ya basta-las lágrimas amenazaban en salir-ya es suficiente-soy su hija. Se lo doloroso que debe ser para el, saber que en tres o cuatro meses perderá a su pequeña, pero eso es la realidad. Y ciertamente ya no puedo hacer nada contra eso-se acabo.
-No. No-mi padre se acerca a mi y toma mi rostro en sus manos-no me digas eso.
-Pero esa es la realidad. Moriré.
-No-el dolor se reflejaba en su mirada.
-Ya es suficiente de vivir engañados. Debemos aceptar nuestra realidad, de mi realidad. Se que es díficil, pero siempre supe que esto sucediera. Solo era cuestión de tiempo para que me lo dijieran.
-Por supuesto que no. Hay otros tratamientos.
-Papa.
-Otros métodos.
-Papa.
-Debe haber otras soluciones-no me permitía hablar. Y lo entiendo, no quería aceptar lo que estaba ocurriendo. No quería escuchar que ya todo se había terminado, que nuestra lucha muy pronto acabaría y no seríamos precisamente. Victoriosos, perdí. No lo logré, creí que mi cuerpo lo podría recistir. Aunque sea por más tiempo, pero la verdad es muy diferente.
-Padre escúchame por favor. Ya basta, ya debemos aceptar la realidad. Ya no nos engañemos más por favor.
-Es que no te puedo perderte-sus lágrimas simplemente comenzaron a caer. Una tras otra sin parar-no a ti-no quería dejarlo. Pero esto no dependía de mi, de que si quería quedarme o no. Esto dependía de mi cuerpo, de cuanto podía durar. Se que me quiere ayudar, que no desea que muera y que solo quiere que viva. Y eso quiero yo. Pero como lo había dicho antes, esto nunca a dependido de mi. Si no de cuanto pueda resistir mi cuerpo.
Narra: Oliver.
-Ya déjame-yo le quitó la botella. Derramé un poco de la bebida en el piso, pero ya no me importa. Lo único que deseo es que me dejen solo, que me dejen en paz de una vez por todas. Solo quiero estar solo y que este dolor se marche, odio tanto sentirme de esta manera, y solo creo. Que si continúo así, acabaré volviéndome loco.
-¿Es que no ves que con hacer esto sólo te haces daño?. Y le haces daño a todas las personas que te amamos y nos preocupamos por ti.
-Yo solo quiero que me dejen en paz. No los quiero aquí, solo quiero estar solo-ella da un paso asia atrás. Se resbala con la bebida derramada en el piso, y antes de que la pudiera tomar de la muñeca. Ella ya estaba cayendo por las escaleras.
Miles de recuerdos viajaron a mi mente en una manera insofacta. La avía asesinado, Zuri había muerto y eso era solo mi culpa.
Después con el corazón a acelerado. Esto me estaba matando, una parte de mi sentía tengo alivio. Ya que Broily me había dicho que ella se encontraba bien.
Pero ya no se cómo podría verla a la cara. Mirarla a los ojos después de lo que ocurrió, Dios. ¿Por que?. Dicen que solo le pones pruebas a personas que crees que la van a pasar.
Pero creo que con migo te equivocaste. Camil era mi mundo entero, mi roca. Mi pilar, mi motor emocional. No puedo con todo esto que siento por dentro.
La tristeza crece cada vez más en mi, y eso solo me hace sentir más miserable de lo que ya era antes de que ella llegará a mi vida.
................
-Me alegra verte bien.
-Y a mi me alegra verte sobrio-suelto una pequeña carcajada al oír su comentario.
-Me preocupaste mucho. Elías me dijo que ya te habían dado de alta así que decidí venir a verte....-no me deja terminar de hablar.
-Hey-ella aprieta mi mano. Y me da una tierna y tan dulce sonrisa de medio lado-todo está bien. Estoy bien-suelta un gran suspiro. Y con una tierna sonrisa acerca su mano derecha a su pequeña barriga, aún no había un bulto notorio en el-estamos bien-era eliviador saber que no me odiaba-¿Y tu?.
-¿Yo que?.
-¿Tu cómo estás?.
-Eso es lo de menos. Ahora lo que importa es que tú estés bien.
-Yo ya estoy bien. ¿Han sabido algo de Camil?-me encantaría tanto decirle que si. Que ya la habíamos encontrado o que teníamos una pista de adónde se encontraba, pero la realidad es que no. Lo emos dado todo, pero es como si Camil es hubiese esfumado con el viento.
-Aun nada-ese dolor en mi pecho. Aún continuaba hay, pero ahora más fuerte. Pensar en ella era algo que había hecho cada segundo de todos estos días, no saber si está bien. Me estaba matando cada vez más y aún más.
-Hey-ella aprieta una vez más mi mano. Yo alzó mi mirada y solo la observo a los ojos-pronto la encontrarán. Ya lo veras-mis esperanzas de encontrarla se estaban muriendo. Esto era demasiado duro, demasiado doloroso. Mis sentimientos han sido mi peor tortura, y ahora lo unico que realmente deseo. Es poder darle aunque sea, un último beso.
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Mi Ángel [Terminada].
De TodoCamil es una hermosa joven de veintidós años. Su padre es un poderoso senador, Camil encuentra el amor en los brazos de Oliver Vega, un joven periodista de veintisiete años.