Mateo
Sigilosamente pasé por el jardín tratando de no ser descubierto. En una casa con tanta gente es claro que hay un 2% de probabilidad que logre cumplir mi objetivo. Todo se vino abajo cuando el cachorro ladraba feliz y corría hacia mí para luego saltarme entre juegos en la pierna lastimada.
- ¡Shh! – lo quise callar pero este se perseguía la cola sin parar. - Max silencio, no ladres que me van a descubrir.
Corrí como pude hacia la pequeña escalera que daba a mi cuarto y me mordí la lengua cuando quise avanzar un escalón, no había notado que era más que un simple raspón, un hilo de sangre recorría la mitad de mi pierna y me mordí la lengua para no hacer un escándalo aquí mismo. Se ve horrible pero valía la pena porque quería ganar.
Al intentarlo por segunda vez tuve éxito y pasé por mi ventana. Pensé que sería un solo moretón feo, no todo esto. Un poco enojado fui al baño pero me detuve a mitad para mirarme al espejo y arreglarme un poco el cabello.
- Pero que guapo soy. - dije desordenándolo un poco.
- ¿Mateo?
- ¡Puta madre, Emily! – me sobresalté. - ¡Me asustas!
- Ups, ¿Qué cochinero tienes acá?
- Mi cuarto, mis reglas, mi desorden. – sonreí.
- Sí, sí. En cuanto vea una rata caminando y que pasé por mis pies...
- ¿De verdad crees que...? – cambié la pregunta. - ¿Qué haces en mi cuarto?
- Te buscaba, no sé si recuerdas ese libro morado que dejé en tus cajas cuando nos mudamos...
- No. – me metí al baño.
- ¡Pero haz el intento de recordar! Es uno de mis favoritos y no lo encuentro por ningún lado.
- Pregúntale a los demás.
- Mateo por favor... - se quejó fuera. – Ayúdame a busc...
Que se quede callada en mi cuarto es sospechoso, por lo que dije su nombre unas tres veces y como no me dio respuesta salí a ver lo que tramaba.
- ¿Qué haces sonriendo como una loca?
- "Eres bueno jugando, a la próxima te invito un café" – en voz alta chilló. - ¡Ay no me digas que...!
- ¿Ah? No, sal de aquí. – la empujé hasta la puerta. – No leas mis mensajes.
- Apareció la notificación, fue sin querer.
- Ajá...
- ¡Mateo! – la voz de papá se escuchó desde el primer piso. - ¡Te estoy llamando hace cinco minutos, baja!
- ¡Si, voy!
- ¡Mateo! – repitió.
- ¡Que ya voy! – grité y me arrepentí.
Connor
De por sí ya mi día está siendo estresante, tengo a los tres regañados en la parte trasera del auto y a Ryan mordiéndose las uñas porque sabe que sé algo de lo que no debería saber.
- ¿Nos podemos bajar? – preguntó Liam ansioso. – Quiero ver si las galletas que dejé antes de irme siguen en el escondite.
- Sí. – apagué el motor y el primero en salir fue Ryan por lo que preferí hablar con él estando dentro de casa.
Todo estaba en silencio lo cual fue raro y pregunté por cada uno, primero bajando las escaleras me encontré a Emily y en la cocina a Ethan.
- ¿Eso es jalea? – dijo Marco. - ¿De fresas?
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Pequeñas travesuras
FanfictionCuando se trata de problemas jamás están fuera los Miller. Son una familia bastante unida pero también inmadura, seis adolescentes viviendo con un padre soltero quien lucha cada día para sacarlos adelante, en la casa hay reglas y se tienen que cumpl...