58. Vacaciones

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Ethan

Los días pasaron muy rápido, de por si las maletas estuvieron listas entre la noche del sábado y la mañana del domingo. Fue lo más complicado al tener ciertos requisitos por parte de papá como el bloqueador, tipo de zapatos por si caminamos mucho, entre millones de cosas más.

El viaje era directamente a Orlando, no tan lejos pero las horas se convirtieron en un suplicio, Marco venía con dolor de estómago y temíamos que nos vomitara encima sin previo aviso así que tuvimos que parar en la carretera más de veinte veces sin exagerar hasta que se quedó dormido.

- Falta muy poco, ya pasaron las tres horas más largas de la historia. - sonrió papá. - Nos quedaremos en un hotel.

- ¿Papá?

- ¿Si, cariño?

- ¿El parque de diversiones cuando lo visitamos?

- Se suponía que hoy pero es mejor recorrer las calles e ir entre mañana o el miércoles.

- Bueno.

Con Mateo somos los únicos despiertos, jugamos cartas y a adivinar colores de la nada.

- ¿Ven allá? Iremos a parques temáticos en la semana.

- Genial. - miré por la ventana.

- Estuve pensando en que visitar un zoológico no estaría mal.

- ¿De verdad? - Mateo sonrió. - ¡Yo quiero!

- En las habitaciones les voy a decir la lista que hay pensada.

- ¿Vamos a compartir cuartos?

- No hijo, cada uno tendrá su habitación. - bromeó. - Claro que sí.

El paisaje del atardecer es realmente hermoso, preferimos viajar después del almuerzo y creo que ha sido la mejor decisión de todas.

- ¿Ese es el hotel? - impresionado seguí mirando las atractivas luces. - Wow.

- Si tesoro, son grandes las habitaciones. Además de tener piscina tiene internet gratis.

- Excelente servicio.

- Tiene cerca los parques también. - explicó. - Será más fácil todo, tendrán la semana para disfrutarlo.

- ¿No se va a poder acampar?

- Esta vez no y quiten esas caritas que ni tiempo les dará para pensar en dormir en un bosque o algo.

- Esto es un lujo.

- Literal. - siguió Mateo.

- Todo por mis niños, ¿no? - felices nos sentamos. - Despierten a sus hermanos.

Eso hicimos y la del sueño pesado fue Emily quien nos ignoró por completo.

- ¿Llegamos? - Marco se acomodó.

- Si, atentos para sacar las maletas. Al bajarnos los quiero a todos en recepción, pediré las habitaciones que serán dos.

- ¿Quién con quién? - Liam preguntó interesado.

- Los menores conmigo y ustedes tres juntos. - indicó a Marco junto a los mellizos.

- ¿Intercambias? - Ryan negó. - Pídeme algo porque no te lo daré.

- Niños quiero un buen comportamiento, hagamos de estas vacaciones algo agradable y disfrutemos.

- Si, papá. - dijimos al unísono.

Estacionó afuera y cumplimos con las instrucciones dadas anteriormente. Cada uno con sus cosas lo esperamos para verificar las reservaciones y finalmente avanzamos al tercer piso.

Pequeñas travesurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora