22. Consecuencias

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Connor

Por suerte pude dormir un poco en la noche porque llamé a la mamá de su amigo para que se quedara en su casa, obviamente no iban a asistir al colegio de esa manera.

Lo que ella me contó me desconcertó bastante porque según mi hijo tenía todo el permiso del mundo para asistir a aquella fiesta además de una libertad en la hora impresionante.

Durante la mañana hice todos los desayunos y levanté a cada uno de ellos a excepción de los que probablemente iban a despertar con un gran dolor de cabeza.

- ¡Bajen a tomar desayuno! - ninguno respondió y decidí subir para ver que pasaba.

La primera puerta que abrí fue la de Ethan y este aún estaba acurrucado en su cama tranquilamente sin ver que ya estábamos atrasados.

- Hijo es tarde, arriba vamos.

- Mhm.- se estiró pero volvió a envolverse en las mantas.

- Ethan levántate, cuando vuelva quiero que estés abajo tomando desayuno.

- Agh, tengo sueño.- salí de su cuarto para dirigirme al de Emily que estaban al lado.

Ella sin problemas se levantó y corrió por usar el baño de las primeras lo cual aseguraba una pelea instantánea con sus hermanos.

En el caso de Ryan se encontraba listo y arreglando algunas cosas en su mochila.

- Hijo cuando acabes bajas a tomar desayuno.

- Si, enseguida. No me tardo nada.- asentí.

Mi hijo menor fue el que causó mucho más problemas ya que al parecer no durmió bien. Tenía un berrinche desde que puse un pie en su habitación.

- Mateo arriba.

- ¡Nooo! - se tapó hasta la cara.

- No te estoy preguntando hijo.

- No quiero.

- Mateo la ultima vez que te digo que te levantes o yo mismo te voy a vestir.

- Déjame.- colocó un gran puchero mientras pataleaba en cama lloriqueando.

- Hijo tienes que vestirte, hay clases.- me acerqué hasta su cama pero este me tiró una almohada en la cara antes de sentarme.

- Ya jovencito, esto es mucho. Te levantas ahora.- se movió hasta quedar en la esquina de su cama y yo sin mucho esfuerzo lo saqué de ahí.

PLAS

- No vuelvas a tirar las cosas.- me miró molesto.

- Ni me dolió.- ya mi paciencia se estaba agotando.

- ¿Ah si? - como si supiera en que se metió cambió de inmediato su carácter pegándose a mi como un koala. Lo abracé sonriendo por como se comportaba.

- Lo siento papá.

- Ya, tienes que vestirte.- lo separé un poquito para pasarle el uniforme escolar el cual miró con desagrado.- ¿Por qué no quieres ir?

- No me gusta levantarme temprano.

- A nadie cariño.- reí un poco.

- ¿Me llevas a tu trabajo? Prometo portarme súper bien.

- No puedo mi vida.- sonreí.- Ahora te cambias porque ya estamos mucho más atrasados que antes.

Liam

Mi cabeza iba a explotar, miré a mi alrededor desconociendo el lugar pero estaba en el cuarto de Julián acostado en un colchón con mantas en el piso.

Pequeñas travesurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora