Marco
En la tarde papá tuvo que ir a buscar a Mateo porque nunca se dignó a dar la vuelta e ir al auto, se ganó un par de regaños por contestar mal pero nada fuera de lo normal.
Ya en los cuartos surgió el verdadero desastre, como él consumió demasiada azúcar no se podía dormir y no hallaron mejor solución con papá que mandarlo a dormir con nosotros.
- ¿Y si me compran un chocolate a escondidas? - propuso el menor mirando sus manos. - ¿Y si...?
- ¡Quiero dormir, joder! - Ryan le lanzó una almohada desde la otra cama.
- ¡Pero yo no y te aguantas!
- Si pelean los dejo solos, yo me voy. - dije decidido.
No me cuesta nada ir a la habitación con los otros, a las doce de la noche lo único que quiero es dormir pero con estos hermanos que tengo no se puede.
- ¿Se pueden callar? - Liam susurró. - Y apaguen esa luz.
- ¿Vamos por helado? Le puedo pedir a la cocinera. - Mateo abrió los ojos como si fuera un gran descubrimiento. - ¡Vamos, vamos!
- Shhh. - otra almohada cayó pero no en su cara, en la mía.
- ¡Para ya! - le grité.
- ¿Ves? Eres un idiota y Marco está de acuerdo.
- ¿Qué? A mí no me metan.
- ¿Cómo es posible que papá te haya mandado hasta aquí? - Liam se quejó.
- ¿Ah? No lo hizo. - dijo restando importancia. - Yo vine a escondidas.
- ¡Papá! - Ryan corrió a la puerta dispuesto a delatarlo.
- ¡No!
- ¿Chicos? - recordé algo importante. - ¡Chicos!
- ¿Qué quieres?
- La identificación falsa, no sé dónde la dejé.
- ¿Tenias una y no me la pudiste prestar?
- No es el momento, Liam.
- Te ayudamos a buscarla.
No la encontramos, fue un caso perdido y tuvimos que dormirnos luego, la solución para que nos hiciera caso Mateo fue decirle del otro parque temático mañana junto a la cantidad grande de dulces que tendría a su disposición.
•••
Y no ocurrió, las promesas se fueron a la basura cuando papá quiso quedarse en el hotel como día de relajo porque tenía que recuperarse de la montaña rusa de ayer. Obviamente no le gustó nada la idea a alguien en especial y sus lloriqueos no faltaron durante toda la bendita mañana.
- Quiero pedir un jugo - Emily dijo desde la piscina.
- Yo también. - Liam se levantó de la hamaca. - Me dicen los sabores y voy por ustedes.
- Aww. - lo miré. - Que buen hermano.
- ¿Verdad que si? - me siguió el juego.
- De frambuesa el mío.
- ¡Si lo sé! - se alejó riendo. - Aunque si me equivoco por accidente discúlpame.
- Ajá.
- ¿Se va a quedar enojado todo el día? - susurró Ryan.
- ¿Quién, Mateo?
- Si, el mismísimo.
- Supongo pero es mejor dejarlo solo, no creo que quiera compañía. - nuestra mirada fue a su dirección.
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Pequeñas travesuras
FanficCuando se trata de problemas jamás están fuera los Miller. Son una familia bastante unida pero también inmadura, seis adolescentes viviendo con un padre soltero quien lucha cada día para sacarlos adelante, en la casa hay reglas y se tienen que cumpl...