Emily
Creí que sería peor, no lo fue, sin embargo no quita que me duela un buen por esas palmadas. Entendí su mensaje, sé que no debí hacerlo y tampoco voy a repetirlo. Tal vez merecía más pero que me haya perdonado algunas me hizo sentir mucho más tranquila.
- Deja de reírte idiota. – le dije a Ethan quien tenía uno de mis libros favoritos aplastado en el sofá, se burla incluso cuando uno baja las escaleras. – ¡¿Cuándo lo sacaste?!
- Estaba aburrido, no seas pesada.
- ¿Yo pesada? Me has molestado todo el bendito rato, déjame en paz.
- No se me da la gana. – me sacó la lengua.
- Devuélveme mi libro. – colocó las manos en la portada y me espante. - ¡No lo rompas!
- No lo necesitas.
- Ethan es mío, de mi propiedad.
- Somos hermanos, todo se comparte. – me enojé y caminé en su dirección para que me lo entregara pero entre forcejeos rasgó unas cuentas hojas.
Tenía sentimientos mezclados, muchos en realidad y no medí mi fuerza al empujarlo contra la mesita de centro, sin importarme el esguince de mi muñeca. Cayó hundiendo su mano en el vidrio y se pudo escuchar cuando la mesita se quebró.
- ¡Mira lo que hiciste!
- Tú la rompiste.
- Pero porque tú me empujaste.
- No seas llorón...
- ¿Sabes lo importante que es esta mesita para papá? – mis ojos se llenaron de lágrimas. – La compró con mucha ilusión...
- ¿Estas mintiendo para que me sienta mal?
- No Emily...
- ¿Y qué vamos a hacer? – me acerqué.
- ¿Hablaste en plural? No, pregúntate tú. – unas pisadas se escucharon desde lejos y nos pusimos alerta. – ¡Trae algo para esconderlo!
- Pero hay que decirle...
- ¿Que putas? ¿Para qué nos regañen? Corre, corre. – busqué un paño de cocina para ponerlo encima. Tenemos que salvarnos de alguna manera y aplicar la técnica de echarle la culpa al otro. Es ley entre hermanos.
- Vayan al patio un rato niños, a tomar aire fresco que se pasan encerrados.
Asentimos.
Si nos descubren no quiero que me castiguen otra vez, aunque dudo que papá se moleste tanto por romper algo material. Al ir caminando hacia uno de los asientos del patio miré a través de las ventanas y me atragante con saliva al ver a Mateo poner un vaso en la mesita.
- ¡Mat...! – se terminó de trizar y su mano lo atravesó.
- ¡Papá!
Ethan se metió a la piscina rápidamente y mi instinto de hermana un poco mayor no pudo resistirse. Fui de las primeras en ir a verlo.
- Disculpa, fue mi culpa. – entre hipidos quitaba su mano.
- No, fue mía Emi.
Papá entró a la sala y al verle la mano su fue de sorpresa pero actuó rápido.
- Perdón. – dijo el menor. – No creí que la fuera a romper...
- Es lo de menos tesoro.
- No es así, ya estaba rota. – cerré los ojos. – Yo me apoyé y...
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Pequeñas travesuras
FanfictionCuando se trata de problemas jamás están fuera los Miller. Son una familia bastante unida pero también inmadura, seis adolescentes viviendo con un padre soltero quien lucha cada día para sacarlos adelante, en la casa hay reglas y se tienen que cumpl...