Connor
Luego de aquellos acontecimientos mi madre me ayudó a recoger la mesa y mi padre se fue a conversar con los chicos, andan muy contentos para ser verdad y sé que es porque les dan dinero a escondidas, aunque le he dicho muchas veces que no es necesario su abuelo insiste en que son sus nietos.
Mi madre se ofreció a acompañarme a dejar a Marco al aeropuerto para que pudiera viajar.
—¿Tienes todo?
—Si, no me falta nada.
—¿Cien por ciento seguro? Porque no me devolveré Marco Andrés.
—Que si —rodó los ojos y yo lo miré arrugando las cejas, no se aguantó la carcajada y me vino a abrazar.
—Muy bien campeón, ve a despedirte de todos mientras yo llevo la maleta al auto.
Colocó una mueca y fue a la sala. Sé que es difícil tener que despedirse, creo que es la peor parte. Sin embargo, no puedo colocarme triste, tengo que demostrarle seguridad a mi hijo para que pueda continuar y no caiga en el camino. Sé que tiene mucho potencial, es un chico inteligente como todos los demás, solo tiene "papitis aguditis" y le ha costado desenvolverse en otro lugar pero el intercambio quizás sea la mejor opción.
—¿Marco se va? —el menor llegó arrastrando los pies odiando la idea.
—Si cariño, fue a la sala, ve a darle un abrazo.
—¿No puede quedarse solo unos minutos más?
—No cambiará nada cariño además debe esperar en el aeropuerto. No será posible ya que se le podría ir el avión, pero volverá ¿mhm?
Colocó un gran puchero.
—No coloques esa carita que no me resisto.
—Dile que se quedeee... —dijo alargando la última palabra.
—Mateo —dije su nombre con una advertencia escondida de por medio—. Nada de berrinches que te conozco. Sabes que tu hermano debe irse, no es primera vez que pasa.
—Pero... yo quiero que se quede.
—¿La razón?
—Ninguna... solo me gusta pasar tiempo con él.
—Lo entiendo hijo pero tiene responsabilidades que cumplir —dejé un beso en su frente—. Por cierto, ¿qué hacen tus hermanos?
—Juegan baloncesto en el patio, yo ya me aburrí y prefiero irme a mi cuarto.
—¿Me quieres acompañar a dejar a tu hermano?
—¡Si! —no dudo ni un segundo.
—Ve a colocarte zapatos, yo te espero —reí cuando salió corriendo a la escalera— ¡Te vas a caer Mateo!
—Si, lo que tu digas.
No sé cuántas veces tendré que repetirles lo mismo. Cuando les pasa recién toman en cuenta mis palabras. Los chicos son muy tercos y creen que siempre tienen la razón.
Mi hijo mayor se despidió de todos y fuimos a dejarlo al aeropuerto, el viaje hacia allá fue tranquilo. Íbamos conversando acerca de sus clases mientras Mateo elegía la música. Tuve que decirle en ocasiones que bajara el volumen ya que no podía oír a los demás sin embargo él volvía a subirlo.
—Cariño, es suficiente.
—Pero no se escucha, para eso ni coloco música —se enfadó.
—Puedes, pero bajito —no muy convencido aceptó—. ¿A qué hora tenías pasaje Marco?
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Pequeñas travesuras
FanficCuando se trata de problemas jamás están fuera los Miller. Son una familia bastante unida pero también inmadura, seis adolescentes viviendo con un padre soltero quien lucha cada día para sacarlos adelante, en la casa hay reglas y se tienen que cumpl...