Pequeñas travesuras

49. Arrepentimiento

Ryan

Desperté muy temprano, cosa que nunca ocurre. Era consciente de que ayer cometí un error muy grande al consumir un tipo de droga, sabía que era un castigo seguro y sin salvación por lo que solo me quedaba aceptar.

Por horas me quedé en la cama hasta escuchar a los demás salir a desayunar, no quería levantarme ni tenía ganas de nada así que me quedé acurrucado para tratar de dormir nuevamente. Sabía que pronto papá iba a venir a buscarme por no ir a comer, jamás faltaba y les iba a causar extrañeza.

Al cerrar mis ojos no pasaron ni cinco minutos cuando sentí la puerta abrirse y mi nombre.

- Ryan. - no respondí. - Hijo baja a desayunar.

- No quiero. - susurré con el estómago revuelto.

- Cariño sé que tenemos una conversación pendiente pero tienes que alimentarte.

- No tengo hambre.

- Ya dije que ninguna comida se salta. - suspiró. - ¿Te sientes mal?

- Si.

- ¿Te duele algo? - me miró preocupado.

- No.

- Tesoro así no puedo conversar, necesito respuestas más completas. - se acercó y se sentó en la cama.

- ¿Me puedes dejar solo por un rato? Por favor papá. - me acarició el rostro y las ganas de llorar me invadieron.

- ¿Qué pasa amor?

- Lo siento. - iba a hablar pero lo tuve que interrumpir. - No debí llevar a Liam, me dijo muchas veces que no quería y yo fui un tonto. Tampoco tuve que aceptar algún tipo de droga...

- Tranquilo, respira. - se me fue el aire para hablar.

- Perdón, perdón.

- De todas maneras estas castigado, ¿lo sabes cierto? - asentí. - Entonces es mejor adelantar todo porque no te quiero así todo el día, vas a estar más nervioso y tampoco es la idea. Ven acá.

- Pero estoy en pijama.

- ¿Y? Debería ser incluso sin pantalones por hacer tal cosa.

- ¡Pero es lo mismo!

- Ryan no lo volveré a repetir.

- Como que ahora me dio hambre. - negó y lloriqueando me levanté.

Lo primero fue darme algunos mimos y yo solo pensaba en lo estúpido que fui en no bajar a comer y adelantar mi condena.

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Definitivamente me arrepiento, aunque no fue tan fuerte al principio igual van a picar después y ojalá me pueda sentar.

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Si que soy un idiota.

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¿Debería salir por esa puerta? Ya creo que me llama para huir.

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¿Ya dije que me arrepentía?

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Jamás en la vida vuelvo a fumar, lo prometo.

Parecía un crío llorando desconsoladamente con una almohada en mi cara, papá trataba de levantarme para darme mimos pero solo quería sacar toda mi pena.