34. La policía

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Connor

Luego de mandar a Liam quise respirar un poco de aire fresco, aún me encontraba tenso por lo de hace un rato. No puedo imaginarme que algo le hubiera pasado a cualquiera de mis hijos, son como mi tesoro al que tengo que proteger y cuidar siempre.

Es difícil cuando se les ocurre hacer cosas extremas como lo anterior evidentemente.

- Papá dice el tío Alex que te sientes a la mesa para almorzar. - Mateo llegó a mi lado.

- Si cariño, voy enseguida. - este asintió y me acompañó.

Después de lavarme las manos antes de sentarme sentí como el ambiente estaba raro. Mi hermano trataba de sacar diferentes temas de conversación y mis hijos estaban en un completo silencio.

- ¿Qué les pareció la comida? - Gabriela les preguntó con una sonrisa.

- Está muy buena. - dijeron al unísono.

- ¿A qué hora saldrán? - preguntó.

- Tiene que llegar Nick, dijo que venía en camino. - Alex respondió.

- No creo que... - la puerta principal se abrió sin dejarme terminar la frase.

En este momento no pensaba que era lo mejor salir, quería estar cerca de todos mis niños. Conozco muy bien a mis hermanos y dudo que me dejen aquí.

- ¡He llegado! - Nick pasó feliz por esa puerta. - Hola a todos.

Liam

No pude tragar ningún alimento en el almuerzo, era como si tuviera un nudo en la garganta. Me sorprendí al escuchar que papá iba a salir, eso significaba que posiblemente me fuera a librar de todo con un poquitito de ayuda de mis tíos.

- ¿Me pasas la sal? - me habló Ethan.

- Dile a otro.

- ¿Estás molesto? No inventes.

- Les dije que me bajaría de ahí sin ayuda pero ustedes insistieron en traerlo.

- ¡Estabas por caerte y te caíste!

- Lo tenía bajo control.

- No discutan. - Marco negó. - Olviden lo que pasó.

- ¡Claro! Como a ti no te van a castigar es muy fácil decirlo.

- Yo te dije que no era buena idea. - se defendió.

- Agh.

- ¿Chicos vamos a ir a la casa abandonada? - mi primo nos miró a todos.

- Obviamente que si primo. - todos me quedaron mirando como si hubiera dicho una tontería. - ¿Qué?

- Estas castigado por si no lo recuerdas. - Ryan susurró.

- Pero papá va a salir...

- Es arriesgado. - Marco lo apoyó.

- No me digan que me van a dejar aquí, por mí no se preocupen.

- Si tú lo dices. - Emily suspiró.

Mi celular comenzó a sonar mucho, tenía como treinta mensajes por todas las veces que escuché una notificación.

- ¿Quién te habla tanto? - Ryan movió las cejas.

- No te metas.

- Eres imposible. - hizo una pequeña pausa. - Apuesto a que es la chica de la que me hablaste...

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