Bajo los efectos de tus ojos

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Vivir entre sombras 

Tengo miedo de la oscuridad que me ofrece tu ausencia, el frío de la lejanía me congela hasta el último de mis huesos.

Oigo tu voz al caminar, cada paso es un aguijón del tiempo que no estás. Mis emociones son como una pared desmoronándose; ya no sé a qué rincón de mi cabeza puedo huir, si en cada vuelta de mis pensamientos estás tú.

Tu aroma se quedó impregnado en cada centímetro de mí, no imaginé cuántas camisetas que llevasen tu perfume iban a faltarme, que con una que me dejaras no iba a ser suficiente para estar mil noches sin ti.

Hoy que abrazo cada noche a tu recuerdo, me hace falta el calor de tu espalda, de tus brazos al rodearme entre las sábanas. No recuerdo qué canción sonó por última vez, en el momento que tomé mi corazón, en lugar de tu ropa tirada en el suelo; sólo recuerdo el nudo que se formaba en mi garganta y cómo mis brazos no volverían a abrazar de la misma manera.

Hace frío por las noches desde que no estás aquí, ya no suena el celular en la mesita de la habitación, ya no hay guerras por las sábanas a medianoche, ni deseos de que se quede la luna un poco más, sólo el eco de tu voz en mi recuerdo y una luz que se apaga a las tres de la madrugada.

Momentos de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora