Por más que lo había intentado, no había pegado el ojo en toda la noche. Se la había pasado dando vueltas en la cama sin dejar de darle vueltas a la cabeza y ya no podía más. Permaneció unos instantes con la vista clavada en la ventana, en como el sol se abría paso entre la noche y giró la cabeza para observar a Natalia. Le daba tanta paz tenerla cerca, ahora que ni siquiera sabía que sería de ella, en ese momento en el que nadaba a la deriva, allí estaba ella. Se incorporó apoyando el codo sobre el colchón y le acarició el rostro con las yemas de los dedos haciéndole cosquillas en la punta de su nariz.
-Umm- Natalia arrugó la nariz-.
-Son las siete menos cuarto- le susurró al oído-.
-Un poco más- gimoteó Natalia atrapándola con su brazo-.
-No puedes llegar tarde- le recordó Alba dejando un beso sobre su cuello-.
-No quiero dejarte aquí sola- confesó Natalia abriendo los ojos-.
-¿Temes que te desvalije la casa mientras estás fuera?- inquirió la rubia con tono de burla-.
-Sabes a lo que me refiero- Natalia le clavó la mirada-.
-Estás demasiado sexy recién levantada- Alba se mordió el labio mientras le revolvía el pelo-.
Natalia suspiró y le dedicó una pequeña sonrisa. Sabía que las cosas con Alba no serían fáciles y aunque esperaba una reacción como aquella, que se comportara como si nada, que lo hiciera de un modo tan natural la asustó. Pensaba pasar el día con ella, ir a comer, pasear por el parque, quizás invitarla a clases de baile. Cualquier plan absurdo le servía en lo que Alba se adaptaba a su nueva vida ya que sabía que en cuanto se quedara sola, tendría que vérselas con sus demonios y esa partida, la tenía perdida.
-Pasa el día conmigo- le sugirió Natalia besándole la mano-.
-No tienes que tratarme como si fuera a saltar por la ventana- gruñó Alba-. Estoy bien- le aseguró con gesto convencido-, de verdad.
-Ese no es un motivo para que no pases el día conmigo- Natalia se mordió el labio-.
-Nat- Alba suspiró-. Tengo que hacer esto y tiene que ser a mi manera.
-Está bien- Natalia le robó un beso y salió de la cama-.
-¿No vas a decir nada más?- Alba la miró algo confusa-.
-¿Te vienes a la ducha?- Se mordió el labio quitándose la camiseta que llevaba puesta-.
Alba trató de resistirse, pues la intención era que Natalia saliera de casa lo más rápido posible y ella comenzara el periodo de adaptación de una vida con el cien por cien del tiempo disponible, claro que ya estaba acostumbrada a que sus planes nunca salieran como ella esperaba. Se besaron con ganas y con esa ansiedad hambrienta que siempre había entre las dos, pero también con miedo, con una angustia silenciosa por lo que estaba por venir. Habían apostado por ellas, mas allá de todo lo demás y por encima de la familia. Ya no había vuelta atrás, aquello no podía revertirse y les daba pánico que un paso en falso pudiera ser su final. Por eso aquella entrega cuerpo a cuerpo, estaba cargada de significado. No era amor o sexo, sino la prueba de que podían hacer las cosas de otra manera. La esperanza de que para las dos, aunque el mundo se empeñara en negárselo, si que había una vida para las dos.
Natalia permaneció apoyada en la pared mientras el agua le resbalaba por el cuerpo con Alba abrazada a ella, cobijada en pecho, hipnotizada por ese sonido que le retumbaba en el oído. Le acarició el pelo y repartió besos por su cabeza, aferrándola de nuevo en el calor de sus brazos.
-Todo va a estar bien- le susurró Natalia-, te lo prometo.
-Vas a llegar tarde- gruñó sin soltarla-.
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Una droga de diseño
FanficLa vida, un sorprendente y continuo sin sentido... Natalia y Alba se conocen prácticamente desde que nacieron, siempre han sido unas fieles compañeras de vida. De risas y llantos, de luces y sombras, de buenos y malos momentos. Entre ellas todo flu...