❝REMEMBER❞ [Yoonmin]

C u a r e n t a y s i e t e

" Tu amor es mi página volteada, dónde solo quedan las más dulces palabras. "

Frotó sus pies desnudos con la suave manta a la par que suspiraba y giraba sobre su lugar, quedando recostado de lado. Abrió sus ojos con lentitud, sonriendo perezosamente al ver a su pareja caminar con sólo un pantalón blanco por su habitación.

El omega se aferró a las suaves sábanas que estaban bajo su cuerpo, escondiéndose bajo la manta que cubría su cuerpo.

Los ojos del mayor se dirigieron con rapidez hacia el omega, al sentir a su lobo gimoteando temeroso y cansado. El alfa trepó sobre la cama, gateando hasta llegar a su omega. Sonrió y se recostó de lado, apoyando su codo sobre el colchón y su rostro en su mano.

— Amor... — llamó mientras tomaba la manta y la quitaba de a pocos. Sabía que su pareja ya estaba despierta, pero de todos modos no quería asustarlo.

El lobo de su omega estaba asustado, cansado, débil; y él no sabia el porqué. El hecho que Jimin no habia querido probar bocado desde el día anterior no le ayudaba. El omega nunca sabia que responder cuando le preguntaba sobre su lobo, solo un sutil "Estoy bien" abandonaba sus labios. Era desesperante.

Yoongi sonrió levemente al ver los verdes y brillosos ojos de su pareja asomarse bajo las sábanas. — Hola.

— Hola — susurró Jimin, riendo cuando sintió los labios del mayor estamparse contra su frente y mejillas.

Habían regresado a Seúl hace veinte días, y los últimos cuatro el omega habia empezado con aquella extraña debilidad. Prácticamente no había abandonado la habitación, ni siquiera había querido que sus doncellas le trajeran algo para leer. Era preocupante.

Pero a simple vista, se veía bien. Un poco pálido, pero saludable. Y eso era mucho peor, pues no hacia más que desesperar al Rey de Seúl.

Cuando su omega habia partido en Kusan, su lobo había estado inquieto. Él mismo había estado a punto de tomar un caballo e ir hasta el puntomde reunión. Pero habia sido detenido por Kim Namjoon y Jung Hoseok. Su instinto le había pedido ir a por su omega, traerlo a casa y no permitir que se arriesgara al conversar con rebeldes; pero su parte racional le pedía confiar en él, dejar que hiciera lo que le parecía correcto y respetar su decisión.

Y él habia decidido hacer caso a su parte racional. Después de todo, habia luchado durante toda su vida, en silencio, por ello. Por que se respetaran las decisiones de los omegas y que ningún alfa pudiera imponerles algo. Debia confiar. Se habia repetido en su cabeza todo el tiempo que su pareja estuvo fuera de castillo. Y cuando vio a Park Jimin regresar y observarle con una sonrisa en su rostro, no pudo hacer más que abrazarlo con fuerza y besarle. Era irónico, pues toda su vida había sido educado para no depender de nadie; y ahora la falta momentánea de aquel chico de cabellos rubios le había afectado incluso peor que cuando su madre había fallecido.