❝REMEMBER❞ [Yoonmin]

S e s e n t a y o c h o

"Vayamos hacia un mañana que sea más largo que la eternidad. Te amo."

Esto no estaba bien.

Nada de esto estaba bien.

El alfa se mordió los labios debido al nerviosismo y la impotencia, el sentimiento de no poder hacer nada le fastidiaba de sobremanera.

— Maldita sea — farfulló pasando una mano por sus cabellos oscuros sin retirar su mirada un solo segundo del omega frente a él.

Se sentó en el borde del colchón y tocó suavemente la frente del menor, haciendo una mueca cuando comprobó que su temperatura había subido. Nuevamente, y demasiado.

— Esto no está bien — se dijo a sí mismo por enésima vez sin dejar de ver al chico de cabellos dorados que permanecía más dormido que despierto, murmurando cosas que él no lograba entender.

El omega había amanecido peor que ayer. Demasiado pálido y cansado como para siquiera hablar, ni siquiera se había levantado de la cama en todo el día. La fiebre se había ido la noche anterior solamente para regresar esa tarde y con más fuerza. Sabía que al omega le dolía, lo podía notar en las muecas y sollozos bajos que se esforzaba por ocultar.

Y él ya no sabía qué hacer.

Había ido a su casa y había traído medicina y paños fríos, todo cuando el omega dormía para no alterarlo, pero no servía. La temperatura no parecía querer ceder ante nada de lo que hiciera. Pero eso no era lo que más le preocupaba.

Su aroma... Su aroma era casi imperceptible ahora mismo.

El aroma dulzón que caracterizaba al omega de cabellos rubios poco a poco desaparecía, y saber la posible razón de ello simplemente hacía al alfa alterarse aún más.

Era su lobo. Su lobo estaba enfermo, muriendo para ser más precisos. Necesitaba a su alfa, lo necesitaba ahora.

Y ningún tipo de magia podía detener eso. Se sentía atado de manos viendo como el omega que había buscado por años perdía a su lobo lenta y tortuosamente, viéndolo sufrir sin ser capaz de hacer nada por petición del propio omega.

Se lo había prometido. Le había prometido que no haría nada, que no involucraría a nadie si es que las cosas se complicaban. Pero ahora mismo no podía mantener su promesa, no viéndolo en ese estado.

Pero recordar las palabras dichas por el omega meses atrás le impulsaba a hacer algo.

"Las promesas están hechas para romperse."

Sabía que se enojaría, estaba seguro que lo golpearía cuando se recuperara. Quizá incluso no querría verlo nuevamente, no lo sabía, pero estaba dispuesto a aceptar cualquier castigo si con eso podía salvar al omega.