❝REMEMBER❞ [Yoonmin]

S e s e n t a y s i e t e

//La canción es "The Truth Untold" de BTS pero Wattpad no me permite colocarla por derechos de autor.//

"Pero aún te quiero..."

Sus ojos cansados se posaron sobre el pequeño cuerpo de su niño, que dormía tranquilamente, completamente ajeno a la tormenta de sentimientos de su madre.

Cuatro de diciembre.

Quizá en alguna otra circunstancia hubiera sido despertado por su alfa, con besos y risas traviesas. Hace tan sólo unos meses la ilusión le invadía al pensar que aquel sería su primer cumpleaños junto a su cachorro de nueve meses. Pensó que aquel día sería perfecto, pensó en pasarlo junto a su esposo e hijo en su casa, disfrutando de algunas pequeñas vacaciones bien merecidas.

Había hecho tantos planes...

Planes que no realizarían. No tenía ganas de realizarlos. Su esposo, su alfa, aquel torpe chico que nunca logró aprender a cocinar, aquel que siempre había estado ahí cuando se sentía sobrepasado por cualquier situación, aquel que siempre le había arropado cuando tuvo miedo, aquel que siempre le había dado su hombro para llorar. Él no estaba. Él se había ido para siempre, y él ya lo había aceptado.

¿Qué sentido tenía ese día entonces? Ninguno, no tenía ningún sentido emocionarse por algo como eso.

Se había pasado varios días llorando encerrado en su habitación, dejando de hacerlo sólo cuando escuchaba el llanto de su hijo. Pero no podía seguir así. No iba a seguir así.

Quería morir, quería ir al lado de su alfa. Pero si lo hacía ¿qué sería de su Seokjoon? Estaba seguro de que su alfa le regañaría si se dejaba vencer por todo esto. Tenía un cachorro que cuidar, era hora de dejar de mostrar lágrimas y empezar a guardárselas.

Soltó un suspiro y luego mostró una sutil sonrisa al ver a su cachorro fruncir su ceño entre sueños. Luego su vista se dirigió hasta la mesa de noche, viendo ahí una bandeja con una nota al lado.

— Ah... Hoseok me matará... — susurró para sí mismo mientras tomaba la bandeja con ambas manos y dejaba la nota a un lado.

Dió un gran respiro en busca de ánimos y luego salió de la habitación, no sin antes darle una última mirada a su bello durmiente. No despertaría hasta dentro de unas horas, ya había comido así que no había problema, tenía tiempo de seguir con su rutina. Como siempre.

Salió de la habitación con una pequeña sonrisa en su rostro, encontrándose al instante con los rostros apenados y sorprendidos de los guardias que resguardaban el pasillo. — Buenos días. — saludó con voz calmada.

— Buenos días, jefe Kim. — respondieron ellos en voz baja, notablemente extrañados por verlo.

Él asintió y siguió con su camino hacia la cocina. No los culpaba, no había abandonado su habitación por casi dos semanas, cualquiera se extrañaría de verlo. Saludó a las personas que se encontraba en el camino, como siempre, fingiendo que nada había pasado esos días. Regañó a algunos de sus chicos por hacer mal su trabajo y luego ingresó a la cocina.