❝REMEMBER❞ [Yoonmin]

S e t e n t a

"Estoy enamorado de un cuento de hadas."

La luz ingresaba a Palacio a través de los ventanales, las cortinas habían sido abiertas y el lugar estaba lleno de una inmensa tranquilidad y algarabía.

Los pasillos estaban llenos de sirvientes corriendo de un lugar a otro, todos terminando de arreglar los últimos detalles en la decoración del Palacio. Los guardias se mantenían expectantes de las acciones de sus compañeros de trabajo, viéndolos reír mientras luchaban por conseguir acabar todo a tiempo para poder ir así a casa, con sus familias.

Era veinticuatro de diciembre. 

Todos deseaban pasar aquella noche en casa, comiendo algo delicioso mientras disfrutaban de la compañía de los suyos. Algo de la calidez de sus hogares antes de regresar a sus labores diarias. No se verían en un tiempo, hasta que tuvieran sus vacaciones o días de descanso reglamentarios. Querían disfrutar de esta noche lo más posible. 

— ¡Nayeon Unnie! — llamó una chica de cabello color marrón mientras luchaba por mantener la bandeja plateada completamente recta, no queriendo tirar los tazones que llevaba en ella, a la par que se abría paso por el pasillo. 

La omega giró sobre sus talones ante su llamado, sus ojos abriéndose en preocupación al notar que los tazones por poco terminan cayendo cuando la joven beta trastabilló. 

Afortunadamente para todos, ningún accidente pasó. Im Nayeon se cruzó de brazos y miró expectante a la beta llegar a su lado. — ¿Qué sucede? 

— Unnie, quería saber si es que usted pensaba salir de Palacio hoy. Escuché que los reyes irán al pueblo en un rato a dar un paseo, ¿irá con ellos? 

Nayeon soltó un suspiro. — Desafortunadamente para ti, no iré con ellos. No podré dejar ningún encargo de parte tuya este año, linda. — contestó. La beta abultó los labios y asintió resignada. — En lugar de hacer pucheros deberías apresurarte, esos tazones sucios no se lavarán solos. — comentó con cierta burla en su voz. 

— A los guardias se les ocurrió comer justo ahora, no es mi culpa. — refunfuñó, queriendo excusarse de algún modo. 

— Como digas, linda. Me voy, tengo a un precioso omega que atender. — susurró antes de guiñar en su dirección y regresar a su camino. 

Sus manos se dirigieron a sus cabellos castaños, mucho más cortos que hace algunos meses, y los ató en una cola baja sin dejar de caminar. 

Su sonrisa se mantuvo en todo su trayecto hasta la habitación de los reyes. Se encontró con sus dos compañeras en las escaleras. Tzuyu fue la primera en abrazarla al verla, siendo seguida por Park Jihyo. 

— Unnie, ¿lista para la Navidad? — preguntó Tzuyu mirándola con ojos brillantes en emoción.

Estaba emocionada. Muy emocionada. Por fin tendría la oportunidad de ir a casa, abrazar a su familia y cenar con ellos. No los veía desde hacía algunos meses, los extrañaba. Realmente anhelaba que las horas pasaran volando y la noche llegara.