❝REMEMBER❞ [Yoonmin]

S e t e n t a y n u e v e

Lover - Taylor Swift*

"¿Podemos estar así de cerca por siempre y para siempre?"

Un suspiro embobado abandonó sus labios mientras admiraba a las dos personas más importantes de su vida a su lado.

Los rayos de sol entraban a la habitación a través de las cortinas abiertas por él mismo, llegando para iluminar sutilmente la gran cama de los reyes, venciendo incluso la tela del dosel que los cubría. Lucían tan tranquilos durmiendo, como si no hubiera algo malo en el mundo que pudiera lastimarlos. Tan pacíficos que hacía su corazón retumbar con fuerza contra su pecho.

Perfecta.

Su familia se veía perfecta.

Una de sus manos acarició los cabellos rubios de su omega por una última vez, cuidando no despertarlo aún, y se puso de pie.

Caminó por la habitación silenciosa con sigilo, debido a la hora, y miró fijamente el balcón abierto, sus cortinas meciéndose de un lado a otro debido a la suave ventisca. Sonrió inevitablemente y se apresuró a cerrar las puertas del balcón, sabiendo que su pareja se enojaría con él si las viera abiertas.

Miró la puerta apenas la manija fue girada. Se relajó al notar que sólo se trataba del omega de cabellos castaños asomando su rostro.

— Dijiste que no tocara la puerta. — se excusó Seokjin entregándole la bandeja con el desayuno de la pareja. — Ya le dije a los invitados que hoy no podrían desayunar junto a ustedes, que los disculparan. Jungwon se está encargando de terminar las decoraciones en el jardín para más tarde.

— Gracias. — murmuró el alfa dejando la bandeja encima de la mesa.

Seokjin asintió al aire y agitó su mano a manera de despedida, regresando por donde había venido con el mayor sigilo posible.

Yoongi soltó un suspiro y regresó a la cama, acostándose de lado, apoyando su codo sobre la cama y su mejilla en su puño cerrado, simplemente admirando el precioso omega que dormía con su albornoz mal cerrado, quizá porque había tenido que alimentar a su cachorro hace algunas horas.

Su atención se centró en su hijo. Min Jijoon dormía boca arriba, con la cabeza mínimamente ladeada, cerca de su madre. Se había quedado dormido luego de alimentarse, como siempre, y no había despertado en ya varias horas. Un niño muy bien portado a su parecer.

Sonrió inevitablemente al ver al pequeño removerse en su posición.

Tomó una de sus manos pequeñas y la sostuvo cuando, al moverse, casi golpea a su omega. — ¿Tan temprano y ya quieres despertar a mamá? — le preguntó sonriente.