❝REMEMBER❞ [Yoonmin]

S e s e n t a y c i n c o

"Recuérdame por siglos."

Soltó un suspiro mientras miraba a ambos chicos alejarse y ponerse al lado de los suyos.

— ¿Cómo nos encontraste? — preguntó el rubio con la mirada gacha.

Taemin le miró de reojo antes de responder. — Te busqué por todos lados. Fui a buscarte al lugar en donde se escondieron la última vez, pero no estaban. Solamente entré a cada habitación de donde se escuchaban gritos y violencia.

— ¿Por qué? Podría estar muerto ahora, hubieras perdido tu tiempo al buscar un cadáver.

— Te busqué porque estoy seguro que no eres fácil de matar. — esas palabras hicieron al omega mirarle de golpe — Si fueras débil entonces no hubieras sobrevivido casi un año lleno de ataques de rebeldes y nobles, cualquiera estaría muerto a este punto.

— Supongo que debo sentirme halagado. — susurró el menor con una pequeña sonrisa.

El alfa rodó los ojos — Deja de hacerlo.

— ¿Hacer qué?

— Deja de sonreír. No estás feliz, no te sientes bien, no debes seguir sonriendo. — murmuró Taemin viéndole fijamente.

Jimin soltó un suspiro antes de cerrar sus ojos y negar. — Estoy bien. — dijo con voz temblorosa y mirándole.

No pudo continuar. No pudo seguir hablando cuando su lazo se tensó de repente. Cerró los ojos con fuerza mientras soltaba un sollozo sin poder evitarlo.

— ¿Qué sucede? — preguntó Taemin, sosteniéndole por los hombros, con evidente preocupación.

Alfa.

Era extraño. Era un sentimiento de angustia que él nunca antes había experimentado. Dolor. Era dolor lo que sentían, él y su lobo. Apretó los labios cuando sin quererlo las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos verdosos.

Dirigió su mirada hacia la puerta, dió un par de pasos antes de ser detenido por el mayor. — Jimin, maldición, ¿qué sucede?

— A-Alfa... — susurró apenas — Necesito ver a mi alfa. — pidió con voz quebrada.

Taemin no sabía qué pasaba. No entendía nada pero aún así asintió al aire. — Entiendo, pero no puedes salir ahora. — dijo con la voz más calmada que pudo encontrar.

El omega negó — Algo está sucediendo. — insistió — Algo ha pasado, no sé que es pero... duele... Duele aquí. — susurró en un hilo de voz mientras tocaba su pecho.

— ¡Hyung!

La voz de Beomgyu hizo que ambos giraran hacia la esquina del comedor, viendo como el chico miraba con ojos temerosos en su dirección en busca de ayuda. Jimin apretó sus manos hechas puños y se soltó del agarre de su protector, caminando lo más rápido que su perturbado ser le permitía.