❝REMEMBER❞ [Yoonmin]

S e t e n t a y c i n c o

"Por siempre reinarás."

El Palacio Real de Seúl era un completo caos en esos momentos. Sirvientes corriendo de un lado a otro, uno más ocupado que el anterior, todos dando lo mejor de sí mismo para el acontecimiento que tendría lugar en esas paredes que ellos tenían el deber de hacer lucir más espectaculares de lo que ya eran.

Era la coronación de su Omega Luna y la presentación del pequeño príncipe heredero a todo el reino de manera oficial.

No estaba permitido un solo error, no podían siquiera pensar en hacer algo malo durante la ceremonia y mucho menos en alguna cosa que pudiera impedir que la familia real saliera de Palacio para que el pueblo los conociera de forma oficial. Todo el caos en los pasillos estaba justificado en ese momento.

Oh, claro, todos estaban a punto de entrar en pánico al encontrar una sola cosa que no estaba en su lugar. Todos a excepción de una familia que se encontraba preparándose por su cuenta dentro de su habitación.

Se miró al espejo y soltó un suspiro, pasando el peine dorado por sus cabellos de oro. Frunció un poco su ceño para luego desviar su mirada hacia la gran cama con los doseles perfectamente abiertos, sonriendo de forma inconsciente al ver a su familia ahí.

Regresó su atención al frente y acomodó la tela clara que colgaba de su cuello, unida a su camisa color crema, enderezándose mientras se ponía de lado y buscaba algún defecto en su apariencia.

Afortunadamente no encontró nada malo, por lo que sonrió y se colocó el anillo que su alfa le había dado durante su fiesta de compromiso, jugó unos segundos con él antes de girar sobre sus talones para comenzar a avanzar hasta la gran cama.

— ¿Qué hacen sin mí? ¿Se divierten y me dejan de lado? — preguntó con diversión, sentándose en el borde de la cama, mirando sonriente a los dos hombres de su vida.

— Sht, Jijoon está contando algo, al parecer, muy importante. — susurró Yoongi alzando la vista tan sólo un segundo antes de volver a fijar su vista en el cachorro que sonreía en su dirección, extendiendo sus manos mientras intentaba tocar su rostro. — Cuéntale a mamá también, se enojará conmigo si no le hablas a él también. — le dijo a su hijo.

Min Jijoon soltó una risa antes de comenzar a conversar con sus padres haciendo uso de balbuceos, algo que se había vuelto una especie de rutina para ellos.

No había dejado de conversar desde que había descubierto que podía hacerlo, era un bebé al que le gustaba ser escuchado, un bebé que se molestaba si no le prestabas atención cuando contaba algo. Y era exactamente porque sabían lo molesto que se ponía ante la falta de atención que ambos siempre dejaban cualquier cosa que estuvieran haciendo para mirarle y responderle.