❝REMEMBER❞ [Yoonmin]

S e t e n t a y c u a t r o

// Canción: My Tragedy - Taeyeon //

"Vivo en una tragedia que no puedo revertir."

Soltó un suspiro avanzando hasta la ventana y cerró sus ojos cuando abrió las cortinas de su habitación.

Se giró sobre sus talones y mostró una sonrisa al ver a dos cachorros dormir tranquilamente en, la que se suponía, era su cama. Se suponía claro, porque la noche anterior ese par se había apoderado de ella sin vergüenza alguna.

No pudo evitar soltar una suave risa al ver al mayor de ese par fruncir el ceño mientras parecía murmurar algo cuando el menor, juguetón como siempre, tomó sus cabellos rojos entre sus manos.

— Maldita sea, Kim Seokjoon suelta mi cabello ahora. — pidió el pelirrojo entreabriendo sus ojos y mirando al mocoso que estaba recostado a su lado.

En lugar de obedecerlo, Seokjoon pareció tomar sus palabras como un incentivo a tirar más fuerte.

— ¡Mierda! — gritó mientras tomaba las manos del menor, intentando detenerlo sin hacerle daño — ¡Seokjin dile algo a tu hijo!

Kim Seokjin rodó los ojos. — Vocabulario, Jung. — le recordó sentándose al borde de la cama, dejando al pequeño cachorro de un año y un par de meses en medio de ambos omegas.

— Seokjin dile a tu hijo que me suelte, me va a dejar calvo. — gruñó conectando su mirada con la del pequeño que sonreía en su dirección. — Oh, Seokjoon, si no fueras el hijo de este imprudente juro que ya te hubiera apartado de un empujón, tienes suerte. — susurró.

— ¡No! — exclamó un sonriente Seokjoon.

Para el mayor aquella palabra se había vuelto común. Era la palabra que más repetía su hijo y la usaba para casi cualquier cosa. Soltó un suspiro y tomó las manos de su niño, haciendo que éste le mirara con sus ojos brillantes en curiosidad.

— No. — dijo mostrando una pequeña sonrisa. — Suéltalo, ¿si? Le haces daño.

Hoseok soltó un suspiro de alivio cuando el mocoso obedeció lo que le decía el omega.

Llevó sus dos manos a la cabeza y se sentó lo más rápido que pudo, mirando indignado al pequeño que ahora jugaba con los dedos del mayor. — Tu hijo casi me deja calvo, Kim. — acusó sobando la zona afectada.

Seokjin le miró con evidente burla. — Eres el Sargento Jung, ¿qué dirían tus hombres si supieran que no puedes hacer nada contra un niño de un año?

El omega de cabellos rojos rodó los ojos al cielo y frotó ambas manos en su rostro, intentando retirar cualquier rastro de sueño de su cansado ser.

— ¿Qué hora es? — preguntó mirando hacia los lados, para nada acostumbrado a la habitación en donde había dormido por puro accidente.