S e s e n t a y s e i s

993 119 22
                                    

"¿Lo echamos todo a perder?"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"¿Lo echamos todo a perder?"



Su reflejo en el espejo le hizo soltar un suspiro.

La culpa que sentía junto al enojo lo carcomían vivo. Sus tormentosos recuerdos poco a poco acababan con la poca esperanza que guardaba. Se lamentaba por ser tan débil, se lamentaba por haber confiado, se lamentaba por el destino que había escrito.

Era su culpa.

Todo lo que estaba pasando era su culpa.

Estaba enojado. Park Jimin no dejaba de torturarse a sí mismo por lo que había pasado, no solo en Palacio sino en todo el reino. ¿Por qué no había muerto él? ¿Por qué personas que no habían tenido la culpa de nada ahora tenían que sufrir? Él había matado, había mentido, había traicionado pero aún seguía ahí, de pie y prácticamente ileso. No lo entendía, no tenía ningún sentido.

¿Por qué no se había ido él?

Preguntarse eso le hacía sonreír con cinismo. Hace una semana jamás se hubiera hecho tal pregunta. Hace un año jamás pensó que llegaría a este punto, nunca pensó que llegaría a sentirse tan roto por dentro.

No sabía qué hacer. Tenía magia, algo tan irreal y poderoso, aquello a lo que muchos temían, pero era inútil. Todos sus esfuerzos fueron inútiles. No pudo hacer nada aunque lo intentó. No pudo hacer nada y eso le dolía casi tanto como las recientes pérdidas.

Seis días. Seis días habían pasado y él aún recordaba el rostro de todos aquellos que habían perdido a alguien, seis días y aún recordaba el rostro de Kim Seokjin durante el funeral de su alfa. Seis días y aún no podía borrar de su cabeza las lágrimas de las personas que habían perdido a sus hijos en el último ataque.

Él mismo recordaba el rostro de una de sus doncellas, Im Nayeon, al enterarse que su hermana menor había muerto a manos de un rebelde. Aquella noche no fue ella quien lo arropó entre sus brazos para consolarlo, esta vez había sido su turno de hacerlo. En su mente aún permanecían los sollozos de la omega mientras llamaba a su hermana, sabiendo que no sería escuchada.

Su mirada se dirigió hasta sus manos, palpando con su mano sana las vendas que cubrían la palma de su otra mano.

Luego de haber hecho uso de magia negra aquella cicatriz en su mano, aquella que hace años no se había vuelto a abrir, empezó a sangrar. Algo normal para alguien tan débil como él. Las vendas eran cambiadas diariamente por él mismo, no queriendo añadir más problemas a las personas a su alrededor.

Quería llorar. En verdad quería hacerlo, estaba harto de ser el fuerte frente a los demás y lo único que deseaba era dejarse arropar por alguien mientras lloraba y se desahogaba. Pero, irónicamente, ninguna lágrima brotaba de sus ojos. ¿Acaso sus lágrimas se habían secado ya? Sin duda alguna los Dioses disfrutaban al jugar con él, seguramente disfrutaban torturarlo de esa forma.

❝REMEMBER❞ [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora