❝REMEMBER❞ [Yoonmin]

T r e i n t a y d o s

" Te estoy mirando con un corazón palpitante sin saber."

— ¿Todo está listo ya? ¿Cuántas personas han llegado?

El beta miró su lista antes de responder en medio de un suspiro — Ya han llegado más de cuarenta familias, todos ahora mismo deben estar bebiendo o conversando sobre cosas triviales. Y todo está perfectamente listo. Po-Podemos anunciar su ingreso cuando a usted le plazca, majestad.

Min Yoongi miró de reojo al chico, con un toque de fastidio y enojo — Sólo lárgate. Yo diré cuando quiero ser anunciado.

— C-Como ordene, majestad. — balbuceó temeroso el beta.

Era su primera vez hablando a solas con su rey. Los nervios y el temor estaban presentes, casi haciéndole temblar. Normalmente se encargaba de administrar las decoraciones y limpieza de palacio, pero ahora debido a la fiesta debía rendirle cuentas a su rey y no a Kim Namjoon como acostumbraba. Sabía como era su rey cuando habían visitas en palacio, también sabía cómo se comportaba frente a sus súbditos: arrogante, frívol, soberbio. Aunque llevaba sirviendo más de dos años en palacio, aún no lograba comprender cómo es que habían ciertas personas que habían conseguido entablar algún tipo de amistad con su rey.

— Encárgate de que los invitados se sientan cómodos y que ninguno haga destrozos ni escándalos. Si ven que alguno empieza a ponerse ebrio solamente sáquenlo de mi castillo ¿entendido?

— Claro majestad.

— Largo. — ordenó Min Yoongi con voz fría. El beta asintió, hizo una reverencia y salió de la habitación a pasos rápidos.

El alfa observó su reflejo en el espejo frente a él. Se acomodó la parte superior de su traje mientras un suspiro pesado abandonaba sus labios. Sus cabellos estaban peinados de tal forma en que su frente quedaba descubierta. Llevaba un anillo, con una rubí en el centro, en su mano izquierda. Sus zapatos estaban perfectamente lustrados y su traje sin ninguna arruga.

Un sentimiento de nostalgia le invadió. Una sonrisa triste se abrió paso en un rostro al mismo tiempo que una de sus manos tocaba el espejo con pena. Pena de si mismo, pena de recordar lo que habia tenido que sacrificar para llegar a donde estaba. — Mira lo que eres ahora, Min Yoongi. ¿Esto es por lo que luchaste tantos años? — se preguntó a si mismo en voz baja.

El vago recuerdo de su madre entrando a su habitación para arreglarle el traje llegó a su cabeza. También la imagen de Shin Suran, arreglandole el traje mientras le conversaba animadamente, llegó hasta él.

El alfa se arreglaba el traje con fastidio. Pero todo mal sentimiento se esfumó al sentir unos cálidos brazos rodearle con cariño. — Estás aquí, pensé que te tardarías siglos en terminar de arreglarte. — bromeó el pelinegro sin girarse.

— El día en que te pongas uno de estos vestidos entenderás por que me tardo tanto. — respondió la mujer mientras obligaba al pelinegro a girarse — Mi alfa se ve muy guapo hoy. ¿Debería ponerme celosa?  Ah, Min Yoongi... ¿por qué eres tan apuesto?