Narra Cyril
Navidades, una de las fechas que más aborrezco en el mundo. Me recuerda a cuando mi padre vivía en casa y todos éramos una familia. En fin, ahora mismo lo que menos me importan son estas absurdas fiestas.
Para empezar, ni si quiera me he atrevido a mirar el teléfono, estoy segura de que Mike lo habrá bombardeado a mensajes y no puedo con eso. Cada vez me acerco más al punto donde empezó todo. Vuelvo a encontrarme mal, a no encontrar sentido a ninguna de las acciones del día.
He tenido que resistir la tentación de encender el móvil por lo menos seis veces en veinticuatro horas. No es fácil.
Pero estoy aprendiendo muchas cosas, por ejemplo, cuando Kat se enteró de la noticia vino corriendo a casa. No cedí, obviamente no reconocí que estoy sufriendo, pero a pesar de eso se quedó en casa hasta que me entraron ganas de irme a dormir. Lo importante es que se acordó de mí y quiso apoyarme. Lo peor era no poder justificar la ruptura con sinceridad.
Me ofreció celebrar la nochebuena en su casa y luego quedarme a dormir allí, Darren estaría ahí y lo más probable es que el hermanastro de Kat también. No me apetecía nada y rechacé la invitación.
También me informó de que Mike había pasado allí y que le había dado las llaves del chalet donde hemos estado viviendo. La verdad, eso es lo que más me ha dolido de todo. ¿Piensa que no me las puedo arreglar sola?
Jackson no está en casa, supongo que ya tendrá planes para nochebuena, por eso no le he dicho que he vuelto. Se pondría hecho una furia diciéndome que no es seguro que me quedé en esta casa donde Héctor puede localizarme y que debería haber aceptado las llaves de Mike. Pero ¿y qué?, seamos francos, va a encontrarme tarde o temprano. Las cosas son como son.
Lo último que quiero es poner en peligro a alguno de los que me rodean.
Bueno tampoco voy a mentir, a cada ruido que escucho fuera o dentro de la casa, me escondo en el armario. Me siento muy insegura sin él.
En resumen, van a ser unas navidades algo duras.
El sonido del timbre me hace dar un respingo, y no es hasta que escucho la voz de Darren que dejo de sentir ganas de meterme debajo de la cama. Antes de abrir compruebo que es él y que no viene acompañado de mi exnovio.
-Hey, ¿qué tal, Ce?
-Te ha mandado Kat ¿cierto?- mientras pasa balancea una bolsa marrón.
-¿Tienes hambre?- miro el reloj de mi muñeca.
-Son las doce, aun es pronto para comer.
-Pero no tan tarde para desayunar,- añade distraído mientras entra en la cocina-, además, apuesto a que no has comido nada desde que Kat se fue.
-No tengo mucha hambre, de verdad que te agradezco el gesto pero...
-Pero nada, ¿te crees que he madrugado en vacaciones para que no comas?- río ante su idea de madrugar y tomo asiento en uno de los taburetes.
-¿Qué has traído?- pregunto fingiendo interés por lo que hay en la bolsa.
-Mike me ha dicho que...- no me quejo pero sabe que ha metido la pata- que solo comes golosinas.
-¡Oye! Eso no es cierto- alego dejando ver una pequeña sonrisa en mi rostro.
-Yo voy a cambiar tus costumbres; He pensado que como tienes exhibición esta tarde necesitarías energía. He ido al supermercado y he comprado pan, mantequilla, fruta...
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¿Ella en problemas? Imposible
RomanceLlega con su mochila cargada sobre un hombro, mirando a su alrededor para asegurarse de que todos le han visto y le han admirado, como si no hubiera en el mundo ser más interesante que él. Al fin y al cabo es el más popular y por lo tanto, hay que...