Narra Cyril
-Tu hermano cree que deberíamos cortar- me quedo plantada en el sitio, esto me ha pillado desprevenida. Por supuesto que no esperaba que Mike fuese a estar conmigo para siempre, pero sabía que cuanto más me confiase, más me dolería.
Me levanto de la cama, confusa y a sabiendas de que él me observa. Me doy cuenta de que por primera vez desde que estoy con Mike, no me importa mi orgullo, solo lo que él quiera.
Lo entiendo, es egoísta por mi parte seguir con esto ¿Qué aporto yo a esta relación? Él me deja vivir en su casa, me paga la academia de baile y además soporta mis ataques de pánico.
-¿Por qué?-digo con un hilo de voz- ¿Quieres dejarme?
-Yo…- se apresura a contestar pero yo no me siento capaz de escuchar lo que sigue.
-¡Oh dios!- salgo llorando de la habitación, a pesar de que no se me permite salir y menos a estas horas de la noche. Me siento culpable, por supuesto, no tengo derecho a enfadarme, es natural que no quiera estar conmigo. Después de todo, hay millones de chicas más guapas, más inteligentes y con menos problemas que yo, y él podría enamorar a cualquiera.
El aire frío me golpea en la cara en cuanto salgo por la puerta del hospital. Soy consciente de que las secretarias y algunas enfermeras me están observando, y de que pronto me arrastrarán de vuelta a mi camilla. Es obvio que escaparme con la bata verde turquesa del centro no ha sido una idea precisamente brillante.
Me apoyo en la pared, a la derecha de las puertas, y dejo que mi cuerpo se acostumbre al frio de esta. Recuerdo el día en el que me tocó por primera vez, y por me mareé delante suyo. Probablemente soy estúpida por pensarlo pero ya no me imagino estar sin Mike, él fue quien me saco de la oscuridad en la que estaba metida, y ahora lo voy a perder todo. Otra vez sola.
Lo más sensato sería ir a hablar con él, como personas normales, de este modo es posible que consiguiésemos ser amigos, pero ¿qué clase de amigo ayuda tanto como Mike? Le debo mucho y tengo que agradecérselo de alguna manera. Cojo mi teléfono y marco temblorosa el número.
-¿Sí?- contesta una voz adormilada.
-Kat, soy Cyril.
-Son las dos de la mañana- se queja algo apagada-¿Ocurre algo?
-Es Mike, creo que me va a dejar- me siento ridícula diciendo esas palabras, parezco una de esas adolescentes que salen en las películas, esas que son animadoras, salen con los chicos del equipo de futbol, van de compras...
-No, no Ce, eso no puede ser. No lo entiendo, ¿Dónde estás ahora?- le explico entre sollozos lo que ha pasado y ella me responde con una risotada-¡Ce eres una retrasada total!
-¿Perdona?
- En teoría no puedo decírtelo, pero él te había preparado una sorpresa- eso me alivia pero al mismo tiempo me hace sentir como una autentica lerda-. Además, Mike está loco por ti- dice conteniendo la risa.
-¿Qué es tan gracioso?
- El otro día me dijo que cuando os conocisteis le caíste fatal, decía que le contestabas mal, le mirabas mal, creo que hasta le insultaste un par de veces.
-Gracias Kat, eso ayuda mucho…
-¿Quieres dejarme acabar?- suspira-. Me dijo que le gustaste justamente por eso, porque no necesitabas a nadie para defenderte.
-Es la tontería más grande que he oí…-con la vista borrosa por las lágrimas, distingo una figura salir a la calle, pienso que será algún medico imbécil que quiere echarme la bronca por salir. No me importa. Sin embargo en cuanto pestañeo distingo a un chico rubio que busca algo entre la oscuridad de la noche-, tengo que colgar, Kat.
-Mike,- lo llamo, con intención de terminar con esta telenovela absurda- lo siento, me he comportado como una idiota- y corro hacia sus portentosos brazos que me rodean haciéndome sentir protegida.
-Sí, la verdad- me sorprende que Mike diga eso-. Ce, no voy a dejarte nunca- subo la cabeza, apoyada sobre su pecho, para mirarle.
-Ya lo sé, he estado hablando con Katherine- veo como se ruboriza e intenta controlar su nerviosismo.
-Me ha dicho que te enamoré desde el primer día con mis insultos- añado, para que piense que todavía no sé nada de su sorpresa, miro hacia sus manos-¿Por qué traes mi ropa?
-No pretenderás dormir cuando llevas un día entero hibernando.
-¡Eh! ¡No soy una marmota! No he estado hibernando.- ambos reímos, y me aferro más a su cuerpo-¿Y tú? ¿Has dormido algo?- pregunto acercándome tímidamente, pero él me apresa rápidamente contra la pared.
-Eso no importa- me susurra al oído, me aparta el pelo del rostro y me da un fugaz beso en la boca-.Ahora, ¡corre!
-Espera, ¿qué?- en ese momento sale un enfermero del hospital, seguramente buscándome. Mike me coge de la mano para luego tirar de mí, corremos hasta la verja del centro, la cual, desgraciadamente, está cerrada. Busca otra salida desesperadamente mientras ríe divertido, realmente parece un crio de seis años. Corremos por los alrededores del centro sin ningún objetivo más que salir de él. Corro tanto que llega un momento en el que no siento las piernas, solo la planta de los pies pegar contra el suelo y vibrar con cada impacto. Prácticamente derrapo cuando hallo una posible salida.
-¡Mike!, podemos trepar por aquí- es el lado más bajo de la valla, así que es el único lugar por el que salir. Me ayuda a trepar para después hacerlo él con destreza-¿Qué pasa si se enteran de que me he escapado?
-Creo que ya se han dado cuenta- responde divertido y yo decido no hacer más preguntas estúpidas- ¿Sabes qué? Podríamos haber salido por el aparcamiento.
-¿Qué? ¿Y por qué...-me calla con un beso-. Te odio Wazowski.
-De esta forma es más mocionante-le miro de reojo algo incrédula.
-¿Es más emocionante o tenías mejores vistas desde abajo mientras yo trepaba?- esto parece no lo esperaba y se sonroja un poco.
-Si te empeñas en quitarle la magia a todo...- le doy un golpe en el hombro y él se las apaña para volver a juntar nuestros labios mientras reímos.
Me cambio en el servicio de una cafetería mohosa y cuando salgo compruebo que Mike aun no ha salido del baño, así que espero fuera del apestoso local. No tengo ni idea de cual será la sorpresa pero estoy ansiosa.
- Cyril- esa voz me hace pegar un bote y, aun sobresaltada, me giro- ¿esperas a tu novio?-, me quedo helada e inmóvil, no entiendo cómo ha podido encontrarme, ni si quiera vivo en mi casa. Doy un paso hacia atrás pues me siento más segura dentro de un establecimiento. Podría gritar, pedir ayuda, llamar a la policía… pero ¿qué pasaría si escapara? ¿Si no habría pruebas contra él? Saldría indemne e iría a por mi hermano o a por Mike también, no puedo arriesgarme a que eso ocurra.
-¿Qué quieres, Héctor?- por un instante llego a pensar que podrían ser imaginaciones mías, que estoy como una regadera y tengo visiones. No obstante mis hipótesis de mi falta de cordura se vienen abajo cuando contesta.
-¿Tú que crees? Vengo a terminar lo que he empezado- noto que el aire no me llega a los pulmones, que de pronto ya no hace frío, sino que el espacio está repleto de un bochorno fuera de control. Me vuelvo para asegurarme de que Mike aún no ha salido-. Ven conmigo y no les pasará nada.
-A nadie. No les harás daño a ninguno de ellos- me acaricia la mejilla lo que hace que mis nauseas aumenten.
-Cyril, ¿Cuándo he roto yo una promesa?- y me extiende la mano.
COMENTAD POR FIIISS(,:
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¿Ella en problemas? Imposible
RomanceLlega con su mochila cargada sobre un hombro, mirando a su alrededor para asegurarse de que todos le han visto y le han admirado, como si no hubiera en el mundo ser más interesante que él. Al fin y al cabo es el más popular y por lo tanto, hay que...