95º Capítulo "Adelantar lo inevitable"

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Narra CYRIL

*LEER NOTA AL FINAL, ¡URGENTE!*

No es fácil verle ahí sentado, delante de mí y observar como mira a su alrededor, como cada pocos segundos fija sus demacrados ojos en mí.

Es ahora o nunca.

Lo cuento todo, esquivando los detalles desagradables pero dejando claro su presencia, no he podido hablar de esto jamás y ahora se lo estoy relatando a una sala llena de gente, personas a las que no he visto en mi vida, a menudo me interrumpen para hacerme preguntas que, la verdad, no veo que tengan mucha importancia. Yo sigo contando la verdad sin detenerme a esperar que mi voz se regule por el nudo de mi garganta, no me importa, solo quiero terminar con esto.

Hablar de este tema siempre me ha dado miedo porque es todo lo que soy ahora, es lo que me ha hecho ser de una determinada manera hoy y que alguien conozca mi pasado me hace sentir completamente indefensa, es como si estuviera desnuda, sin nada en lo que refugiarme.

No sé qué pueden estar pensando de mí, todos, mis familiares, Mike, el tribunal... Puede que a alguno le repugne, que a otro le de lastima, ese podría pensar que todo esto es una exageración, alguien, por no decir mucha gente, dejará de mirarme de la misma forma, probablemente no sepan cómo hablar conmigo, evitarán temas, palabras... con tal de no hacerme sentir mal. Sin embargo, prefiero que una desafortunada palabra o frase me recuerde lo que he vivido a dejar de sentirme normal.

Llevo queriendo ser normal demasiado tiempo.

No es fácil verle ahí sentado, delante de mí y observar como mira a su alrededor, como cada pocos segundos fija sus demacrados ojos en mí.

A pesar de que Mike está sentado cerca, no puedo evitar sentirme sola.

Me han repetido cientos de veces lo que tengo que decir, junto a que sea fuerte y no me deje intimidar por Héctor y me ha extrañado lo sencillo y reconfortante que ha sido soltarlo todo de golpe.

Mike viene de testigo de los hechos y ahora está relatando la historia desde su punto de vista, desde que llegó y nos encontró de aquella forma en mi casa, hasta esta última vez.

No quiero ni pensar en lo mal que lo ha tenido que pasar, en lo muchísimo que ha hecho por mí y lo mal que he sabido agradecérselo.

Intento distraerme porque sé que si le escucho enteramente acabaré llorando como una desconsolada, ya se me han escapado dos o tres lágrimas mientras declaraba y no pienso darle a Héctor el gusto de verme llorar más. No obstante, no le veo como a una persona a la que odiar, no puedo sentir hacia él otra cosa más que miedo, y cuando me canso de eso, a veces me da pena. No está bien de la cabeza.

Recuerdo que de pequeña me encantaban las películas de juicios, me parecían simplemente apasionantes, sin embargo no lo es tanto estar aquí dentro y menos tener el valor de contar toda la verdad, es muy duro confesar delante de tu hermano mayor que tu padrastro te violó e intentó volver a hacerlo en numerosas ocasiones.

Mi madre también está aquí y aunque me trae sin cuidado, debo reconocer que me ha conmovido verla sollozar.

Me han asignado un psicólogo durante un año y medio, ya que dicen que los constantes mareos que tengo pueden deberse a un trauma por todo lo ocurrido a lo largo de este tiempo, dejarán venir a Mike a alguna sesión porque, según los expertos, puede ser de gran ayuda para mi evolución y mejoramiento. Me da bastante igual, solo quiero que acabe todo y él es la única persona que me ha hecho olvidarme, aunque fuera tan solo momentáneamente, de todo el mal.

Me ha salvado, y solo le necesito a él para salir adelante.

La gente comienza a levantarse y el chico se dirige directamente hacia mí, con la mirada perdida y una pequeña sonrisa en la comisura de los labios, está tan serio con traje que resulta casi irreconocible, al principio del día me ha puesto muy nerviosa pero ahora mismo me está empezando a gustar verle así.

¿Ella en problemas? ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora