88ºCapítulo"Eso también es un recuerdo"

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Narra KAT.

-¿Hola? ¡Despierta! Yo también estoy enferma, llevo así tres días, parece mentira que no te hayas dado cuenta, y tú lo estás gracias a mí.

-¿Cómo has dicho?- la frase me desgarró la garganta.

-Oh, vamos, no te hagas la tonta, tienes que haberte dado cuenta ya...

Los recuerdos me invadieron la mente;

La taza de Winnie the Pooh con la bebida de Jade, el estornudo en mi cara. Lo hizo todo a propósito. Me sentía estúpida y una auténtica perdedora. Como siempre.

-¡Maldita zorra!- la dejé sin escapatoria, le bloqueé las extremidades con mi cuerpo y la abofeteé sin importarme mancharme de la sangre de su nariz, pero entonces algo me agarró de la cadera y me separó de ella con torpeza. Me volví molesta y dispuesta a castigar a quien quiera que fuera el que se hubiera interpuesto en mi plan de destrozar la cara de Jade, de hecho intenté hacerlo.

-¡Kat, para!- gritaba Cyril tratando de cubrirse-, soy yo...- no sé si yo no la veía o si no era consciente de lo que hacia pero estaba pegando a mi amiga- ¡Tú no eres así!

-Me da igual- vociferé y me gire de nuevo con el único objetivo de terminar lo que había empezado con mi futura hermanastra pero ella ya estaba lejos de mi alcance. Gateaba hacia atrás como un cangrejo cojo, la miré con asco y me arrodillé.

Me sentía mal, muy mal. No me refiero al malestar de la enfermedad del beso, aquello era algo interno, podía notar como se me despellejaba el pecho por dentro, como me había tragado el nudo que solía atenazar mi garganta y ahora permanecía en mi estómago disfrazado de miedo. Voy a perderle para siempre por hacer el idiota.

No me permití llorar delante de Cyril, no porque me diera vergüenza, si no porque yo era consciente de que ella ocultaba algo y era un millón de veces peor que las tonterías de adolescente ingenua que me ocurrían a mí. La verdad es que yo estaba deseando que se abriera y me contara qué le pasaba pero sabía que preguntándole solo conseguiría alejarla.

-Darren piensa que he vuelto a besar a Blane- confesé con la voz más firme de lo que esperaba.

-No creo, al final se dará cuenta de que eso no es cierto- le expliqué el asunto detalladamente para que me dijera lo evidente-. Estás jodida.

-Ya lo sé.

-Pero lo que no puedes hacer es sentarte aquí y esperar a que la mierda te coma o a que las cosas se solucionen solas, porque tú misma sabes que la segunda no es una ni si quiera una posibilidad.

-Voy a vengarme de Blane, va a sufrir tanto que va a desear no haberme conocido nunca. Sin embargo, yo sé que no puedo hacer nada contra Jade... Es como un Blane Doyle más cruel, más listo, más insensible.

-Es una chica, Kat, por eso es peor. Las chicas sabemos de sentimientos y conocemos las peores maneras de heriros- me contó su ruptura con Mike, aunque era obvio que estaba omitiéndo muchos detalles, y a partir de ese día comenzó a venir a dormir a mi casa justo una hora antes de tenerse que levantar para ir a clase. Yo estaba enferma y decía que venía para cuidarme un poco. Mentira.

Yo alucinaba pero me callé y solo me atreví a contárselo a Mike y unos días después, cuando Cyril dejó de venir a mi casa de repente, el lerdo de Blane nos contó que estaba viviendo en un apartamento y que Brad cuidaba de ella. Tuve una buena discusión con él, Brad no me gustaba nada pero era mejor que dejar a mi amiga sola.


Hace cinco días que he retomado las clases, la maldita mononucleosis me ha durado casi dos semanas. Llame unas cuantas veces a casa de Darren pero nadie me contestó así que hice lo mismo con Mike que al final me confirmó que mi mejor amigo sí que tenía la enfermedad del beso y que se le había hinchado la garganta como a un pez globo.

¿Ella en problemas? ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora