Narra Kat.
Intento abrir los ojos lo más cuidadosamente que puedo, pero parece que mis parpados estén cerrados con cemento por lo que me veo obligada a hacer una fuerza aparentemente sobrenatural para pestañear. No hay mucha luz, pero aun así me ciega lo suficiente como para no distinguir dónde estoy. Vuelvo a cerrar los ojos tratando de descansar la vista. Que no se oiga la música retumbar en toda la casa me dice que la fiesta ha debido acabar, por tanto deben ser más de las cinco, seguro. Mi padre estará preocupado, tengo que ir a casa ya.
Algo puntiagudo se me clava en la espalda violentamente, decido abrir los ojos y afrontar de una vez dónde me encuentro. Dejo que mis ojos se acostumbren a la luz durante unos segundos, al principio no tengo la más remota idea de dónde me hallo debido a la perspectiva que tengo de la casa, pero pronto me doy cuenta de que estoy en casa de Darren, tumbada en las escaleras para ser exactos. Tengo la cabeza apoyada en el brazo de mi amigo que está junto a mí en una postura casi peor que la mía, puesto que con el brazo evita que mi cabeza toque las escaleras. Me incorporo con bastante dificultad, puesto que la ésta empieza a zumbarme y a dolerme como para ponerme a gritar. Estudio la casa, ¿cómo puede ser que no recuerde como llegué hasta aquí? Pensé que estas cosas solo les pasaban a los demás. Cuando voy a ponerme en pie una mano presiona mi estómago obligándome a sentarme de nuevo. Me quedo helada al comprobar que el tacto de mi camiseta no es el de ayer, ya que ayer llevaba el vientre al aire y ahora he sentido la tela rozarme. Bajo la mirada hacia mi atuendo aterrorizada, y cuando compruebo que no sé dónde está mi falda y agradezco a los dioses que ésta camisa sea tan larga.
-¿Adónde ibas tú?- pregunta Darry mientras se frota la cara con pereza, debe de haber visto mi cara al examinarme la ropa pues enseguida repone:- Ahora te lo explico- junto con una risa contenida.
-Darren...- consigo balbucear.
- No es tan grave como piensas- después parece pensárselo y añade- bueno, gracias a mí.
-¡Dios, Darren!- grito ya exasperada-¡¿POR QUÉ NO LLEVO FALDA?!
-¡Cállate, histérica!- me gruñe la voz de Blane desde el final de las escaleras, no sé cómo se me ha pasado por alto su presencia. Decido ignorarle a pesar de lo extraño que se me hace verles a los dos en la misma habitación y más después de lo que ocurrió ayer en la fiesta. Unas cuentas imágenes pasan fugazmente por mi cabeza. Darren peleando con Blane y yo suplicando a mi amigo que parase, lo cual hizo. Yo besando a alguien, a mi hermanastro, supongo. Luces, por todas partes, yo saliendo fuera con Darren, quien me gritaba e intentaba meterme en un coche, dije algo que hizo que se tambalease hacia atrás como si le hubiese dado un tortazo, igual le di un tortazo de verdad, y me dejó volver a entrar a la casa de Mike.
- Explícame qué mierdas pasó anoche- espeto.
- Es una larga historia- responde mi amigo sentándose y dejándome algo más de espacio, coge aire.
- Una buena historia- interrumpe Blane. Agarro la única parisina que me quedaba puesta y se la tiro a la cabeza para que se calle de una vez. Darren asiente.
-Así mejor- oigo a mi hermanastro reír-. Ayer... bebiste un poco- confiesa al fin- Blane que ya no puede evitar soltar una carcajada busca algo por el suelo.
- Espera, ¿Tú recuerdas algo?- Darren me mira como si acabase de salir de un manicomio-. Vamos a hablar arriba, por favor-mi amigo asiente y nos levantamos con mutua ayuda, como podemos. El camino hacia su cuarto se me hace más largo que nunca, tanto que cuando llegamos estoy tan cansada como si hubiera subido una montaña. Me siento en la cama de su habitación y él lo hace a mi lado. Noto que está bastante incomodo-. Joder, ¿Quieres decirme de una santa vez que hice ayer que fuese tan horrible?
- ¿En serio no te acuerdas de nada?
- Es de mala educación responder a una pregunta con otra- contesto tajantemente, estoy harta de que sepan más que yo.
- También decir palabrotas y mírate- le lanzo una mirada iracunda-. Ayer después de que Blane te besase, ¿eso sí no?- asiento-. Bueno, como en todas las fiestas, se organizaron juegos, tales como Verdad o Atrevimiento, el cual fue en el que te emborracharon.
- Yo nunca jugaría a eso- digo con un hilo de voz.
- Después vino el juego de la botella y casi te morreas con medio instituto, menos mal que también había gente del mío. Y por último aspirar y soplar, eso fue ya el colmo.
-¿Qué es Aspirar y soplar?
- Un juego que se te da realmente mal.
-No puedo creer lo que estás diciendo- apoyo los codos en las rodillas y trato de reprimir las lágrimas. Me siento jodidamente fatal, antes me han venido imágenes a la cabeza carentes de sentido, ahora todo empieza a tenerlo. No puede ser, simplemente no he podido ser tan estúpida-¿Y dónde cojones estabas tú mientras?- en seguida me doy cuenta de que no está bien reprocharme no haberme vigilado, pero joder es que estoy en bragas y con una camisa que no es mía, es más no sé de quién es. Darren entrelaza sus manos en el regazo y se balancea hacia adelante, de repente está más pálido que antes. Le cojo del brazo y lo retuerzo un poco para que me mire- Darren, ¿te hice algo ayer?- sonríe de lado desganadamente, lo que hace que me estremezca.
- Voy a ducharme, ahora hablamos- alega levantándose.
-¿Qué? Darren no entiendo nada- me pongo en pie pero pierdo el equilibrio y me tengo que volver a sentar. ¿Qué hice ayer?, el nudo que atenaza mi garganta amenaza con ahogarme de un momento a otro-. Lo siento- esto hace que se detenga, y se gire para contestar.
-No te preocupes, Kat. No es para tanto- dice con la mirada en algún punto del suelo.
- Tiene que serlo si ni si quiera me miras- no responde, se limita a desaparecer por el pasillo. No puede dejarme así, necesito explicaciones. Cuando consigo mantenerme en pie más de diez segundos, me encamino en busca de mi hermanastro, aunque me reviente recurrir a él está más que claro que Darren no quiere contarme nada. Como esperaba, no se ha movido del sitio.
- Hey, mira quien vuelve con el rabo entre las piernas. Y que piernas...- dice mirándomelas, un fallo por mi parte no haberme puesto algo.
- Mira Blane, ahora mismo no tengo la cabeza para contestarte así que limítate a responder a mis preguntas- hace un gesto militar con la mano que me hace suspirar de impotencia-¿Qué me pasó con Darren ayer?- me arrodillo junto a él.
- La pregunta correcta sería, qué coño te pasó a ti ayer- tanto secretismo me da ganas de pegarle un puñetazo en la cara. Al ver que no me hace la menor gracia prosigue-. No sé qué os pasó. Solo que te liaste con todo el mundo, bailaste casi en prendas menores y que disfrutamos mucho todos.
-Dios...- la cabeza me va estallar, no recuerdo caras pero sí que empiezo a ver en mi memoria acercamientos y gente restregándose conmigo-. Podrías haberme ayudado- sin embargo recuerdo a Blane junto a mí durante toda la noche, pero seguro que era para aprovecharse.
- Yo me puse a la cola, como todos- entonces me señala su cuello. Tiene una parte morada en él. No. Yo no he podido hacer eso, siento como me sube la temperatura de las mejillas- Oh, sí.
- No, joder- me pongo en pie, sé que voy a llorar. Nadie llora por estas cosas por dios. Ni si quiera soy capaz de pensar con claridad. Maldita sea, ¿por qué Darry no me habla?. No he podido insultarle o decirle algo malo, se supone que los borrachos dicen lo que piensan, y yo no tengo ningún pensamiento negativo sobre él.
Finalmente me encuentro aporreando la puerta del cuarto de baño, tiene que hablar conmigo quiera o no. Tiene que hacerlo. No quiero perderlo y menos por algo que no recuerdo. Odio las fiestas, no comprendo que les ven de divertidas.
LO SIENTO MUCHÍSIMO! He estado super liada, empecé con los primeros examenes, con las clases de baile... No me da el tiempo. Lo siento muchísimo, voy a intentar ser más organizada a partir de ahora, no pensé que iba a estar tan ocupada.
Bueno espero que os guste el cap, aunque también espero poder subir otro dentro de poco porque este es bastante basurilla.
Gracias por leer, comentar y votar.
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¿Ella en problemas? Imposible
RomanceLlega con su mochila cargada sobre un hombro, mirando a su alrededor para asegurarse de que todos le han visto y le han admirado, como si no hubiera en el mundo ser más interesante que él. Al fin y al cabo es el más popular y por lo tanto, hay que...