He parado de llorar, creo que incluso ha dejado de importarme, todo el dolor lo he sustituido por ésta sensación reacia que apenas reconoce mi cuerpo. Sospechaba que pasaría, pero no creía que fuera a ser tan rápido. No pensé que podría ser tan tonta. No pensé tantas cosas, ahora sé demasiadas que no quiero saber. Me gustaría olvidar el día de hoy y seguir pensando que todo está bien, aunque no lo esté realmente. Ya no hay nada bien.
Hoy mismo a la mañana...
Hablamos un rato más en el baño y después decidimos ir ya a hacer las pancartas. Estábamos bajando las mugrientas escaleras que llevan al sótano donde está el taller.
-Éste sitio da asco- dijo cuando pasamos por una tela de araña de casi medio metro-, seguro que aquí abajo ni se oye la alarma de incendios.
- No seas tonto, por seguridad tienen que tener otro timbre por aquí- me empujó levemente.
- Era una broma ¿sabes?
Llegamos y vemos a Isabella cogiendo las cartulinas con las que yo llevaba trabajando casi un mes.
- ¡Eh tú! ¿Qué haces?- pregunté bastante borde, ella me miró despectivamente y nos explicó:
- Tengo que hacer servicios a la comunidad o algún asunto de esos- dijo mientras se revisaba las puntas de su perfecta coleta- ¿y tú, Blane? ¿Más de lo mismo?- fruncí los labios y le miré con incredulidad.
- He venido a ayudarla- dijo entrelazando sus dedos con los míos, en ese momento sentí que me mareaba.
- No digas bobadas, ¿por qué ibas a ayudar a la correctora?- dijo Isabella poniendo en duda lo que Blane decía.
-¿Correctora?- me dí cuenta de que, sí, verdaderamente corregía mucho a la gente al hablar, pero porque no saben utilizar bien el vocabulario de nuestro idioma. Ahora sabía como me llamaban a mis espaldas.
- ¿Y bien, Blane?- prosiguió ella ignorándome completamente.
- Estamos juntos- respondió mi hermanastro abiertamente, yo le dí un fuerte pisotón el cual intentó disimular.
- Enhorabuena- dijo Isabella dándome dos besos -, seguro que estaréis juntos para siempre- esbozó una sonrisa mal fingida, probablemente aposta. Esperé a que se alejase para preguntarle a Blane por qué se lo había contado.
- ¿Por qué no?- yo tenía miedo de que la gente pudiese cambiar el comportamiento de mi hermanastro hacia mí.
- Me prometiste que no se enteraría nadie.
- Nadie de tu familia y la mía.- repuso él.
- Entonces ¿por qué te has preocupado de que se enterase antes, en el servicio? ¿por qué tanto secretismo si te daba igual? Blane no entiendo nada.
- No sé, ¿no puedo estar orgulloso?
- Sinceramente, no sé que ha podido cambiar en un par de horas.
- Kat, eres insufrible, no siempre tienes que entenderlo todo- entonces dí media vuelta y me fui tratando de reprimir mis ganas de volver y abofetearle. En ese momento no comprendí muy bien por qué me había sentado tan mal su comentario.
Algo me giró descortésmente.
-¿Estás llorando?- preguntó mi hermanastro preocupado, al tiempo que pasaba los dedos por los caminos que formaban las lagrimas.
- No- contesto riendo-, sudo agua por los ojos.
- Es técnicamente imposible- dijo imitándome.
- Era una broma- ambos reímos, yo cabizbaja, él se encargó enseguida de que le mirase a los ojos, empujando mi barbilla hacia arriba con el dedo indice.
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¿Ella en problemas? Imposible
RomanceLlega con su mochila cargada sobre un hombro, mirando a su alrededor para asegurarse de que todos le han visto y le han admirado, como si no hubiera en el mundo ser más interesante que él. Al fin y al cabo es el más popular y por lo tanto, hay que...