Narra CYRIL
La música se detiene para mí, ya no hay nada a mi alrededor. Lo único que puedo contemplar es a mi novio y a la figura que está con él.
Me siento descolocada, destrozada, traicionada y asustada, pero no furiosa. Me encantaría sentirme enfadada con él, tener ganas de estampar su cara contra el suelo y finalmente poder hacerlo. Sin embargo, el miedo es la principal sensación que domina mi cuerpo.
Yo no soy así, estoy segura de que si no estuviese tan enamorada de él podría ir allí y sacarle de encima a esa chica, aunque fuera arrastrándola de los pelos hasta la salida. Como suponía que ocurriría, el amor te hace débil y indefensa. Solo quiero esconderme debajo de las sábanas de la cama y no pensar más. Es duro reconocerlo pero ojalá no lo hubiera visto.
-¿Y ahora qué?- susurro en un tono inaudible que solo yo escucho, de pronto, como si esa minúscula frase invocase de nuevo a la realidad, veo a Claire bailando en frente de mi. Se me había olvidado por completo la batalla de baile. La hermanastra de Kat se está ganando los aplausos de la gente, se me pasa por la cabeza darme por vencida y dejarla ganar, pero ¿por qué?
Recupero mi lugar en el centro del circulo formado por los espectadores fiesteros. La rabia de lo que he presenciado se apodera de mí y cada movimiento que hago tiene tanta fuerza que creo que en algún momento me romperé un hueso por el impacto de mis pies contra el suelo.
Noto los latidos del corazón taladrándome el pecho, la energía de la música recorrer mis venas. No soy consciente de qué ocurre cuando termino de bailar para que todo el mundo me felicite y me estreche la mano, todos excepto Claire por su puesto. No esperaba ganar, sinceramente yo solo quería descargar la furia que tenía dentro, aun sin saber que estaba allí.
-¡Eso a sido impresionante!- gritaba Kat al tiempo que me abraza con todas sus fuerzas, Darren se había disculpado hace unos segundos y ahora se dirige detrás del montón de gente acumulada por la batalla. Lo más probable es que este intentando que no vea lo que está haciendo mi novio. Bien, pues es tarde. Asomo un poco la cabeza entre unos chicos que me impiden la visión de Mike y veo como Darren se lo lleva fuera.
Camino hacia el baño dispuesta a lloriquear todo lo que sea necesario para después poder reunir fuerzas para dejar a Mike. Tengo la impresión de que va a ser lo más duro que tenga que hacer en mi vida.
-¡No es cierto! ¡Maldita sea!- refunfuña una chica mientras se aleja de un grupo de chicos que ríen a carcajadas-¡Eh! ¿puedes ayudarme?- me pregunta la chica cogiéndome del brazo.
-Emm...¿a qué?
-¡Oh! Tranquila, es muy sencillo- asegura al tiempo que se coloca el pelo detrás de las orejas- ¿A que los delfines son tiburones gays?
Esto tiene que ser una broma.
-¿Perdona?
-Los tiburones que son homosexuales, la gente los llama delfines pero realmente son tiburones gays, ¿no?
-¿Pero que dices?- miro hacia ambos lados para ver si algún amigo me esta gastando una broma.
-¡Que sí! Por eso no muerden porque son...- no escucho el discurso que suelta a continuación, solo puedo fijarme en que la chica parece de mi edad y en cambio, su capacidad cerebral es comparable con la de una niña de dos años.
-¿Cuánto has bebido?- la chica de pelo castaño me mira como si tuviera una nariz de payaso en la cara. En ese momento llega Sussan animadamente.
-¡Dylan! ¿Conoces a Ce?
-¡No! ¿dónde está?
-Soy yo...- digo tímidamente ante la obviedad
-Dyl, ¿por qué no vas a por algo de beber?- la otra chica asiente y parte en busca de bebidas. Sussan se vuelve hacia mí con expresión preocupada.
ESTÁS LEYENDO
¿Ella en problemas? Imposible
RomansaLlega con su mochila cargada sobre un hombro, mirando a su alrededor para asegurarse de que todos le han visto y le han admirado, como si no hubiera en el mundo ser más interesante que él. Al fin y al cabo es el más popular y por lo tanto, hay que...