Narra Kat
Lunes. Han pasado tres días desde la discusión con Blane, en estos momentos lo único que puedo sentir hacia él es aversión y pena, cuando discutimos no me di cuenta pero a lo largo de los días he encontrado la razón por la cual resulta ser un capullo integral. Creo que le importa demasiado lo que piensen, siempre tiene que ser el modelo de todos los chicos de su curso e incluso de inferiores, después de todo ¿quién no conoce a Blane Doyle?. Claro que a mí no me preocupa lo más mínimo lo que digan pues yo no tengo nada que perder. Él tiene el equipo de fútbol, a sus amigos en él, tiene a las animadoras comiendo de la palma de la mano y ¿a quién vamos a engañar? tiene a todas las chicas locas. Antes podía presumir de ser la única que no caía rendida a sus pies, ahora soy la imbécil que creyó que con ella sería diferente.
Camino por los pasillos viendo a todos los estudiantes charlar y gritar, pero no miro a nadie. Solo podría mirarle a él, le estoy buscando. Tengo que dejar de hacer eso, reprimo las ganas de darme un golpe en la frente. Tengo filosofía por tanto Blane se sentará detrás mio. Me dirijo hacia la taquilla para coger los apuntes,que torpemente olvidé todo el fin de semana en el instituto, cuando algo me empuja hacia un grupo de éstas.
- Cerda- es Brad, como no. Me incorporo dudosa en si contestarle o dejarlo pasar. Unas cuantas animadoras ríen contemplando la escena, una de ellas, Isabella saluda a alguien con la mano y le invita a acercarse. Intento esquivar al grupo de personas que se ha formado a mi alrededor pero una voz familiar hace que me pare en seco. Una voz tan peculiar, esa que me susurró al oído que "me quería", esa misma que está dispuesta a reírse de mí ahora mismo.
- Hombre, pero si es Kat, no sé ni como se atreve a venir- dice bajando el tono pero no tanto como para que no pueda oírle.
- Que te den, Blane.- alego, le oigo susurrar algo a Isabella.
Voy a mi clase y tomo asiento. La hora pasa deprisa, toca la campana, todos nos levantamos y comenzamos a recoger nuestras cosas, todos menos Blane que se levanta y se coloca en la tarima.
-Tengo que anunciar algo importante.- me ha mirado mientras lo decía. Y eso me asusta. En un acto de cobardía me encamino hacia la salida- no te vayas, Katherine. Esto podría interesarte.- suspiro pacientemente y me detengo aun dándole la espalda-. Puesto de besos- anuncia con una energía triunfante, lo que hace que me de la vuelta sorprendida-, en el descanso y la hora de la comida, por un dolar besaré a todas las que quieran.- miro a mi alrededor esperando las risotadas de mis compañeros. Pero, como no, las chicas se muestran entusiasmadas con la idea y los tíos miran a mi hermanastro con admiración. Cuando ya estoy en la puerta vuelve a llamarme- Kat, aun no he dicho la causa de la recaudación. El cincuenta por ciento del dinero irá destinado a tu campaña benéfica.
-¿Por qué haces esto?- espeto molesta.
- Solo quiero ayudar- dice apoyando su mano derecha en el pecho.
- No necesito tu dinero.
- Sin embargo, no puedes rechazarlo. Lo primero porque no puedes permitírtelo y lo segundo aunque seas la capitana de la campaña no estas autorizada a decidir quien aporta en el proyecto.- trato de buscar un motivo razonable para que Blane planeé todo esto pero no obtengo nada. Él prosigue con su discurso- el resto de las ganancias serán destinadas a una cena conmigo que se sorteará entre las participantes.
- Oh, que emoción- suelto con aire aburrido al tiempo que abandono la sala para dirigirme a la siguiente asignatura. Lo que dijo Blane me estuvo dando vueltas en la cabeza el resto de la clase. No era lo único que me preocupaba, la mayoría de los estudiantes me había mirado en algún momento de la clase y todos tras mirarme compartían algún comentario con su compañero, chicas sobre todo, y lanzaban risillas o miradas de odio. Blane también me echó un vistazo algo baboso como si fuera algo que se expone para observarlo. No sabía que hacer, estaba mentalmente paralizada, cualquier movimiento que hiciera ellos lo verían y después lo criticarían con sus amigos, odio que empiece a importarme ser la payasa de mi curso.
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¿Ella en problemas? Imposible
RomanceLlega con su mochila cargada sobre un hombro, mirando a su alrededor para asegurarse de que todos le han visto y le han admirado, como si no hubiera en el mundo ser más interesante que él. Al fin y al cabo es el más popular y por lo tanto, hay que...