Narra Cyril
Siento muchísimo haber tardado tanto
*Leer nota del final*
Siento como si todo el peso del mundo cayese sobre mis hombros. ¿Qué estoy haciendo? ¿Yo en una relación? ¿preocupándome por los sentimientos de los demás?
Hace seis meses eso me parecería imposible y detestable en mi comportamiento, pero he asumido que si quiero salir de esta tengo que aceptarlo. Las cosas han cambiado, yo he cambiado.
Me he equivocado, no sé como llegué a pensar que, a pesar de mi situación, conseguiría tener una relación medianamente normal con alguien.
Ya lo he hecho. Todo lo que juré que nunca llevaría acabo. Eso de salir fuera y exponerme a todos los peligros de la adolescencia. Realmente, si me paro a pensarlo, los problemas naturales de la adolescencia no son nada comparado con lo que nos pasa a mí y a Mike. Esto no es una relación, es una prisión para él.
Su vida era perfecta antes de que yo llegase y, francamente, la pusiese patas arriba... ¡Dios! por mí ha abandonado su casa. Llevamos menos de tres meses saliendo y se ha sacrificado más que mi madre en toda su vida. Sé que suena empalagoso e infantil pero es la única persona que ha conseguido hacerme reír, ni si quiera mi hermano pudo sacarme de la depresión en la que estaba emergida.
No es fácil dar este paso, y sé que él, actualmente, no quiere dejarme, pero dentro de unos años me culparía de todo lo que le estoy haciendo pasar. Tengo que detenerlo ahora que soy capaz, antes de enamorarme hasta las trancas de él y joderle la vida.
Entro en el conservatorio sin demasiado entusiasmo, soy consciente de que he faltado a varias clases y que me penalizarán por ello, sin embargo no creo que importe. Que no se me mal interprete, amo estar aquí, doy clases de ballet, contemporáneo, funky, jazz...
Las chicas de aquí son bastante antipáticas a decir verdad. Es cierto que yo nunca he tenido amigos y tampoco he venido aquí a buscarlos, pero es que estás chicas son de lo peor. Por ejemplo, jamás me había sentido ofendida por los comentarios de mis compañeros en el instituto pero aquí la gente es de otra clase social, hay una diferencia abismal entre el insulto de un retrasado del colegio y uno de una niña bien.
Los vestuarios huelen estupendamente para tratarse de algo así. Mis compañeras me miran hasta que acomodo mi bolsa en la esquina de uno de los bancos, al lado de una chica de cabello rubio corto. Recuerdo que el primer día me sonrío e incluso llegó a despedirse de mí al salir, pero no tardó mucho en juntarse con el grupito, como es natural, y ahora pasa de mí. Empecé bastante mal en este sitio, ya que el segundo ejercicio que hicimos ese día fue por parejas y tuve varios problemas con mi compañero respecto a que se acercase demasiado. Supongo que esa confianza solo la he adquerido con Mike.
-Humillante- alega la cabecilla del grupo, una chica muy alta y delgada con una larga coleta castaña. Juraría que se llama Claire- cielo,- dice acercándose a mí- ¡por Dior! tu ropa. Parece sacada del vertedero más sucio y barato de la cuidad.
-Supongo que no debí robar en tu casa...- sus amigas no pueden reprimir la risa a lo que ella les contesta con una mirada iracunda.
-Creo que va siendo hora de que dejes de dar pena, cariño. Te llamaremos cuando haya alguna obra benéfica para discapacitados.
-Como sigas por ese camino, igual la que vas a necesitar la ayuda de una obra de esas eres tú, cariño.- entro sola a la sala donde espera la profesora. Lógicamente no cuento con todas mis facultades, pero nada impide que deje de disfrutar con el baile. No obstante, acabo despistándome y chocando brutalmente con Claire, una y otra vez.
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¿Ella en problemas? Imposible
RomantizmLlega con su mochila cargada sobre un hombro, mirando a su alrededor para asegurarse de que todos le han visto y le han admirado, como si no hubiera en el mundo ser más interesante que él. Al fin y al cabo es el más popular y por lo tanto, hay que...