Capítulo 42

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- Al fin. – Dije, suspirando.

Había estado sufriendo con los trabajos grupales, con los que había notado que prefería mil veces hacerlos solo.

Al menos con este ya estaríamos terminando con el contenido de los trabajos finales y en dos semanas entraríamos a los exámenes finales, para luego al fin terminar y entrar a vacaciones, antes de comenzar con el segundo semestre.

- Cuánta inteligencia en ese cuerpo flacucho. – Soltó David, ganando un golpe de Dalia.

- Cállate. – Dijo, luego girando hacia mi. – Ahora los exámenes y ya, vamos. – Agregó haciendo dos puños, con una sonrisa que devolví de inmediato.

Mi teléfono vibró y lo tomé, viendo que era un mensaje de John, solo escribiendo un '¿cómo estás?'

Suspiré, respondiéndole un 'bien, ¿y tú?' Observando el teléfono un poco más para luego guardarlo, porque probablemente la conversación terminaría con lo siguiente que diría, o al menos había sido así desde aquella vez.

Habían pasado casi siete meses desde que John se había ido, y casi cuatro desde la vez que hicimos aquella videollamada.

En cierto modo agradecía que todo hubiera pasado en ese momento, porque ni siquiera tuve tiempo de ponerme completamente triste por ello, ya que estuve bastante ocupado con la matrícula, bienvenida y luego con el inicio de mi carrera.

Al inicio fue bastante difícil, sobre todo porque John había estado llamando y enviando mensajes bastante seguido.

Aun así, no podía permitir que me hiciera cambiar de opinión, así que fui respondiendole cada vez menos, hasta que dejó de insistir y ahora solo teníamos ese intercambio de mensajes bastante normales.

Probablemente había vuelto a lastimarlo, pero al menos había dejado las cosas claras esta vez, a pesar de todo.

Hasta donde sabía por todo lo que sus padres hablaban adrede cada vez que bajaban, John aun tardaría en volver.

Según lo que habían dicho, John había decidido quedarse allá a estudiar un Posgrado. Lo decidió en Marzo, así que comenzó con todo el papeleo ese mismo mes y pudo presentarse a tiempo, por lo que ahora estaba estudiando también.

Puede que solo haya sido una coincidencia que lo decidiera luego de nuestra conversación, pero también puede que no.

Sonó la campanilla, haciendo que saliera de mis pensamientos y viera hacia ahí.

Eran tres chicos, y uno de ellos tenía un pastel en las manos.

Le hicieron señas a Dalia que guardara silencio, ganando una mirada extrañada de ella, solo asintiendo lentamente y dándome una mirada. Me encogí de hombros, también extrañado.

Uno de los chicos le hizo señas para que le dijera a David que girara.

- Um, David. ¿Atiendes tú? – Dijo bastante confundida.

David suspiró y giró, guardando su teléfono. En cuanto alzó la vista hacia los chicos, el que tenía el pastel en las manos se la aventó en la cara, haciendo que todos diéramos un respingo y Dalia retrocediera muchos pasos, aunque le salpicó algo de la crema en la ropa.

Cubrí mi boca con una mano, sin saber si debería reír o preocuparme.

- ¡Qué mie-! – David quitó la crema de sus ojos y al ver quienes eran, sacudió la crema de sus manos en ellos. – Maldita sea, son unos idiotas. – Masculló.

Los chicos se carcajeaban de risa por su broma, mientras David solo se limpiaba la cara.

Dalia le pasó unas servilletas sin parar de reír.

Predestinados (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora