Al día siguiente me había enviado varios mensajes durante todo el día diciéndome que al parecer la salida con sus padres le tomaría todo el día, al final apareciendo en mi casa bastante tarde, así que solo estuvimos un rato afuera hasta que tuvo que irse, porque su padre comenzó a llamarlo tal vez preguntándose a dónde había ido.Ese día dormí casi de inmediato luego que se fuera, y a la mañana siguiente tuve que despertar temprano para ir a la Universidad, luego dirigiéndome al café, llegando incluso más temprano de lo normal ya que la última clase fue cancelada.
Le di los buenos días a Dalia, luego girando hacia John con una sonrisa.
- Hola, buenos días. – Saludé.
- Buenos días. – Respondió, dándome un beso en la frente. — ¿Dormiste bien? ¿Qué tal tus clases?
Le respondí aún con una sonrisa que obviamente me devolvió.
No podía parar de verlo, porque simplemente estaba demasiado feliz.
- Aww... Ya dejen la miel, — Se quejó Dalia. — A trabajar. – Se dirigió hacia John, luego tomándome del brazo para llevarme hacia una de las mesas para que me sentara.
Me puse de pie, ignorándola, y fui hacia los casilleros solo porque quería saludarlo a mi manera, aunque solo veía que John seguía atendiendo tranquilamente.
Justo cuando pasó por la entrada lo tomé del brazo y lo atraje hacia mi antes que siguiera su camino, haciendo que entrara en la zona de casilleros.
- Hola. — Dije en voz baja, viendo a los sorprendidos ojos de mi novio.
Habíamos pasado muy poco tiempo juntos ayer, y sentía que no era suficiente.
Una sonrisa se formó en su rostro y solo con eso ya me sentía completamente atrapado por él.
Por un lado me daba algo de temor haberme enamorado de esta forma, pero a la vez era increíble cómo podía sentir mi pecho rebosando de felicidad cada vez que lo veía.
Halé de su nuca y me puse de puntillas para besarlo. Esos labios siempre estaban coqueteando conmigo y solo no podía resistirme.
Cuando terminé con mi cometido, le sonreí.
- Solo quería saludar bien a mi novio, gracias. — Susurré, para luego intentar irme, John colocando su brazo a un lado, impidiéndomelo.
Tragó soltando ligeramente sus feromonas, sus orejas sonrojándose, por lo que mordí mi labio inferior.
- No puedes solo hacer cosas así y luego querer huir. — Dijo en voz baja sin apartar la mirada.
Lo observé unos segundos, sintiendo que una sonrisa se formaba en mis labios.
-... Entonces adelante. — Respondí.
Se acercó para continuar nuestro beso lentamente.
- Ay, diablos. — Oímos que dijeron justo después de escuchar un pequeño ruido.
Giramos hacia la entrada, encontrándonos con Dalia que acababa de tirar una botella de cloro que probablemente ella misma olvidó guardar.
Alzó la vista hacia nosotros y carraspeó.
- No quería interrumpir, pero ya que lo hice... ¿Pueden no comer frente a los pobres? – Se quejó, aunque mantenía una pequeña sonrisa.
John sonrió algo avergonzado, girando ligeramente hacia mi para darme una pequeña caricia, luego yendo hacia donde estaban los clientes con Dalia siguiendo su espalda con los ojos.
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Predestinados (Omegaverse)
Fiksi RemajaLos predestinados son solo un cuento de hadas, pero cuando su pareja alfa se encuentra con su omega predestinada y le regala la marca que él tanto había anhelado por años, Alex lentamente comienza a odiar a los alfas y al destino. ¿Será que este ome...