Observé un poco más la pantalla de la laptop, rindiéndome y cerrándola para guardarla en la mochila.Mi cabeza no daba para más, y no entendía por qué diablos teníamos que llevar un curso de Contabilidad si la carrera era Publicidad y Marketing.
El primer semestre lo había llevado como si nada, pero ahora que ya estaba en el segundo semestre, nos habían puesto cursos que según yo no iban al caso y ahora sufría.
De nada había valido mi tercer puesto en ingreso general.
Tomé mi teléfono para llamar a Dalia, contestándome de inmediato.
- Hola Alexito, ¿qué pasó?
- Ayúdame con Contabilidad, por favor.
Oí que rió.
- Claro, es mi carrera después de todo. Te veo en el café. – Respondió, colgando.
Me dirigí hacia allá, y en cuanto entré me encontré con David.
Luego de ese momento en su cumpleaños, Dalia me había enviado un mensaje, y como era tarde y no planeaba irme decidió quedarse también, diciendo que no confiaba en David.
Al final subió con Steve de la mano y alcé una ceja, haciendo que Steve sonriera algo nervioso y Dalia con una sonrisa de oreja a oreja. David les dijo que podían tomar la habitación libre para dormir, obviamente recalcando esa última parte para molestarlos, y luego me dijo que yo podía quedarme en su habitación, porque él volvería con el resto o sino irían a buscarlo en cualquier momento.
Desde ese día había estado como siempre, ignorando el hecho que me había contado sobre un tema bastante sensible.
Me observó por un rato con los ojos entrecerrados.
- Hola. – Saludé, ignorando su mirada fija y pidiéndole mi clásico un latte. – ¿Dalia? – Pregunté al no verla, yendo a sentarme en una de las mesas.
- Baño, creo. Sí sabes que comienzas en un par de horas más, ¿no? – Preguntó en cuanto fue a dejar mi bebida.
- Claro, vengo a estudiar con Dalia, dijo que me ayudaría.
- El sufrimiento del segundo semestre. Ah no, espera, que ese es el nivel fácil. Espera llegar a los últimos. – Se encogió de hombros. – Pero bueno, el niño quería estudiar por el café que ni siquiera es suyo. – Molestó.
Le lancé una mirada de odio y sonrió.
- Quiero seguir aquí un buen tiempo, y si puedo ayudar a que esto crezca mucho, entonces lo haré.
Asintió un par de veces, frunciendo ligeramente la boca.
- Ya veo, elegiste bien. – Dijo, sorprendiéndome que no dijera algo molesto. – Pudiste acompañarme en medicina por la puntuación, pero está perfecto así. Esta cafetería es más importante que salvar vidas, obviamente.
Y ahí estaba.
Rodé los ojos, y en cuanto fue a dejarme la bebida empujé la silla que daba hacia él, golpeándolo.
Soltó un quejido, para luego ir tras el mostrador frotando disimuladamente su pierna.
Sonreí, satisfecho.
En cuanto Dalia salió del baño me saludó y se sentó conmigo para ayudarme con todo lo que no había podido, ignorando las quejas de David de dejarlo atendiendo solo.
Agradecí tener a alguien que entendiera de esas cosas, porque luego de su explicación ya no parecía tan difícil.
- Eres un maldito genio, siempre entiendes todo de inmediato. ¿Cómo es que no lo entendiste en clase? ¿No entraste o qué?
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Predestinados (Omegaverse)
Teen FictionLos predestinados son solo un cuento de hadas, pero cuando su pareja alfa se encuentra con su omega predestinada y le regala la marca que él tanto había anhelado por años, Alex lentamente comienza a odiar a los alfas y al destino. ¿Será que este ome...