- ¿Cómo se supone que me ayudarás si tu también estás vendado? – Pregunté mientras me ayudaba a sacar las vendas de mi brazo.John bajó la vista a su antebrazo. Observó la venda unos segundos y la quitó de pronto.
- Listo. – Dijo sonriendo, mostrándome ambas palmas.
- ¡Oye!
Sonrió aun más, pasando su mirada a mi brazo ahora sin vendas.
- ... Como sea. – Le di un vistazo, sus ojos ahora fijos en mi hombro lesionado.
- Está como golpeado aquí. – Paso su mano suavemente. – ¿Es normal?
Asentí y me dio una sonrisa rápida, desapareciendo de inmediato. Al parecer, aún le enojaba lo de ese día. Luego solo siguió en lo suyo, que era sacar mis zapatillas y luego bajar mi pantalón.
Tragué con fuerza intentando no pensar en nada, pero aun así no pude evitar sonrojarme. Había pensado en decirle que solo me ayudara con mi cabello, pero por algún motivo mi boca solo no quiso hablar.
Me dio un vistazo y bajó la vista a seguir con lo suyo.
- ¿Por qué te sonrojas? Bobo.
Su sonrisa era la de siempre, pero tenía las orejas y mejillas sonrojadas.
- Cállate, estás igual.
Había pedido una silla a Steve y un pequeño balde, quien buscó rápidamente en el almacén.
Era en momentos como éste que extrañaba la tina que tenía en casa con Matt.
- Listo, ¿quieres que...?
- No. – Dije seguro. No planeaba quitarme la ropa interior.
Soltó una risilla y asintió.
Me senté en la silla y John abrió la ducha, llenando el balde para comenzar a bañarme.
- Bueno, ahora sal, por favor. Te llamo cuando necesite ayuda.
Detuvo lo que hacía y me miró.
-¿De verdad? – Preguntó como si le hubiera dicho algo increíble, cuando era lo más lógico.
- Claro que sí, no me vas a poner una mano encima. – Me defendí.
Alzó una ceja.
- Está bien. – Dijo, dando media vuelta. Antes de salir, giró hacia mi. - Aunque no hay nada ahí que no haya tocado antes. - Sentenció con una pequeña sonrisa, saliendo de inmediato.
Observé quizá por demasiado tiempo el lugar donde había estado segundos atrás con la boca ligeramente abierta, sintiendo mi rostro rojo, otra vez.
Tragué y seguí con lo mío, intentando ignorar lo que John había estado soltando adrede.
Comencé con mi baño, dejando las partes que no podía como el brazo que estaba usando y espalda. Cuando terminé, coloqué una toalla en mi parte baja, tomé aire y lo llamé.
- ¿Sí? - Canturreó, metiendo su cabeza por la puerta.
Le sonreí cínicamente.
- ¿Puedes ayudarme con lo que falta, por favor?
- Por supuesto. – Respondió con el mismo tono que yo, lo que me hizo rodar los ojos.
John tomó el jabón y comenzó a pasarlo por mi espalda y brazo.
Me estremecí cuando sus dedos rozaron suavemente mis hombros y espalda, haciéndose camino hacia abajo.
Tragué con fuerza, comenzando a tararear una canción del jardín de infantes para distraer mi mente.
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Predestinados (Omegaverse)
Novela JuvenilLos predestinados son solo un cuento de hadas, pero cuando su pareja alfa se encuentra con su omega predestinada y le regala la marca que él tanto había anhelado por años, Alex lentamente comienza a odiar a los alfas y al destino. ¿Será que este ome...