Caminé hasta el hotel, donde Dalia me esperaba.- Vaya, creí que vendrías con tu príncipe de ojos azules, pero veo que decidiste volver a evitarlo.
- Cállate.
Me dio un vistazo.
- ¿Todo bien?
Hice una mueca, pero asentí.
Suspiró y se acercó, pasando su mano por mi brazo.
- Bueno, digamos que te creo.
Comenzamos a caminar, con Dalia tomándome del brazo un poco más alegre.
- ¿Y a dónde vamos entonces? – Pregunté luego de caminar por unos cinco minutos.
- ¡A beber! – Gritó, lanzando su brazo libre al aire.
Abrí los ojos.
- ¿Con beber te refieres a cerveza? – Quería asegurarme.
Me miró y sonrió.
- Bueno, alcohol en general, pero sí, cerveza también. Lo necesitas, y mucho.
Nunca antes había bebido cerveza. Solo bebí licor cuando cumplí dieciocho y fue porque le insistí a Matt que comprara unas cervezas en su camino de regreso. En su lugar, compró whisky y me lo sirvió puro. Luego me dijo que había sido para que no volviera a pedir licor, porque no era bueno para mí.
Dudé entre si debía ir o no a beber, pero me hacía más ilusión el hacerlo. Después de todo, no podría ser tan horrible como un whisky puro.
Llegamos a la zona comercial y Dalia me arrastró a un bar.
Antes de entrar, me detuve y la tomé del brazo con ambas manos.
- ¿Entraremos aquí? – Pregunté algo nervioso.
- Claro, ¿Dónde más puedes beber con libertad?
- ... Nunca he entrado a un bar.
Abrió los ojos y se detuvo.
- Bueno, hay una primera vez para todo. – Me dio un jalón y entramos.
La bulla irrumpió en mis oídos con tanta fuerza que di un pequeño salto, encogiéndome de hombros.
- Es bastante genial, ¿no? – Dijo gritando en mi oído.
La miré frunciendo el ceño como si estuviera loca, a lo que soltó una carcajada. Sonreí ante eso, comenzando a pasear la mirada por todas partes.
Al no ser tan tarde, no había mucha gente y se veían las paredes rojas, decorados con grafitis enormes y algunos cuadros colocados en mala posición a propósito.
Siguió halando de mí hasta que llegamos a la barra. Nos sentamos y Dalia comenzó a mover la cabeza al ritmo de la música.
Era mi primera vez en un bar también, así que estaba bastante curioso.
- ¿Qué tomarán? – Preguntó el bar tender.
Ambos lo miramos y en cuanto nuestras miradas se cruzaron, abrió levemente los ojos.
Le sonreí y moví mi cabeza a modo de saludo. Miré hacia Dalia, esperando alguna recomendación.
- Oh, – Dijo en cuanto notó que la miraba. – Este chico es nuevo en esto así que, ¿qué nos recomiendas? – Se inclinó sobre la barra para que la escuchara mejor.
El bar tender dejó de mirarme un segundo para responderle.
- Mi especialidad es el pisco sour, pero es algo fuerte. Pueden pedir también una margarita, o mejor un mojito, que es más suave. – Miró en mi dirección.
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Predestinados (Omegaverse)
Novela JuvenilLos predestinados son solo un cuento de hadas, pero cuando su pareja alfa se encuentra con su omega predestinada y le regala la marca que él tanto había anhelado por años, Alex lentamente comienza a odiar a los alfas y al destino. ¿Será que este ome...