Capítulo Especial: Hasta el final de nuestro días.

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- ¿Todo listo?

Di un vistazo por el espejo de cuerpo entero hacia Steve, que acababa de entrar, cerrando la puerta tras él.

- Aun sigo con la corbata. – Respondí. Llevaba como media hora lidiando con ella por los nervios que tenía. Por eso era que odiaba los trajes, aunque mi novio los amara.

Steve rió y se colocó a mi lado, posando una mano en mi hombro.

- Eres todo un caso. Y pensar que eres un alfa dominante y enorme.

Sonreí ante eso.

Luego de volver de Corea habíamos comenzado a planear todo esto, aunque Alex terminó haciéndolo casi todo por su cuenta. No creí que encontraríamos un lugar tan rápido y sin haberlo reservado con anticipación, pero de alguna forma lo consiguió.

Y ahora aquí estábamos, casi ocho meses después.

- De todas formas, – Continuó Steve, quitando mis manos para que acomodara la corbata él mismo. – Alex es el que sabe controlar los nervios, así que puedes seguir así.

Reí al saber que no era exactamente así, más bien sabía ocultarlo a su manera.

- Alex es algo único. – Comenté.

Sabía que tenía una sonrisa boba en la cara, pero no podía evitarlo, después de todo era mi omega de quien hablábamos.

- Sí, enamorado, ya lo sabemos. – Terminó de acomodarlo y se apartó, sonriendo orgulloso de si mismo.

Lo observé unos segundos con una sonrisa.

Sin duda le debía mucho. Si no me hubiera dicho que Alex vivía solo en ese hotel, nunca habría intentado nada con él, pensando que estaba con alguien.

- Qué guapo. – Oí decir desde la puerta, ambos girando hacia allá.

Jae estaba mirándonos desde la entrada y le sonreí.

- ¡Hey! – Casi grité. – ¡Sí viniste!

Rió por lo bajo, acercándose para darme unas palmaditas en la espalda.

- Cómo podría faltar a la boda de mi mejor amigo, quién crees que soy.

Giré hacia Steve, y estaba sonriendo con cara de no entender nada. O mejor dicho no lo hacía, porque estuvimos hablando en coreano desde que Jae entró.

- Perdón, ¿Te acuerdas de Jae? Mi amigo de Corea. – Presenté en español. – Jae, no sé si recuerdas a Steve. Mi amigo de... De aquí. – Hablé en coreano para Jae.

Se saludaron con un apretón de manos.

- Bueno, ya estás listo. — Me dio un vistazo más, sonriendo algo satisfecho.

Tomó su teléfono en cuanto sonó, comenzando a caminar hacia la puerta.

- Debo contestar. Lo siento, saldré un rato. – Se despidió con la mano e hice lo mismo.

Jae observó mientras se iba, para luego girar hacia mi.

- ¿Tiene...?

- Está comprometido. – Lo corté, sonriendo ante su rostro de decepción.

Alex había ayudado a Dalia con la sorpresa, y fue ella quien se lo pidió, aunque Steve se tardó varios días en responder luego de largas conversaciones. Era algo difícil, sobre todo porque tenía una familia que dependía de él.

Al final incluso su hermano intervino y casi lo obligaron a aceptar, al menos a convivir, así que ahora hacían eso.

- Demonios.

Predestinados (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora