- Alex. – Canturreó Dalia, acercándose, por lo que le di un vistazo. – Quita esa cara. – Siguió con su vocecita, pero solo no podía hacerlo.Jae había llegado hacía un par de días, y ahora estaba sentado donde yo solía estar, siendo prácticamente mimado por los dueños y John, que estaban sentados con él.
John nos había comentado que era la primera vez que su amigo venía al país. Le había dado la dirección pensando que quería mandar algo, pero no esperaba que viniera él.
No se había despegado de John desde que llegó, e incluso habían estado saliendo en las mañanas a conocer la ciudad, solo los dos.
Incluso iba con nosotros hasta mi casa, ni siquiera dejándome hablar con él en todo el camino.
No parecía sólo haber venido para conocer, sino más bien por John, y quería preguntárselo para salir de dudas, por lo que estaba esperando el momento correcto.
En cuanto se levantó para ir al baño, lo hice también, oyendo un suspiro de Dalia.
Me quedé de pie al lado del baño, esperando.
En cuanto salió, me dio un vistazo y sonrió.
- ¿Qué quie-?
- ¿Por qué viniste realmente? – Pregunté antes que siguiera.
- Qué directo. – Dijo, pasando la vista por mi. Otra vez.
Esperé pacientemente, hasta que suspiró, inclinándose ligeramente hacia mi.
- ¿Tú qué crees? – Habló en un susurro, su voz volviéndose más dura de pronto. – Me lo llevaré conmigo, por supuesto.
Fruncí ligeramente el ceño.
Se suponía que igual se iría como en una semana y algo, entonces no había necesidad que lo hiciera.
- Aquí tienen. – Canturrearon a nuestro lado, por lo que ambos giramos, David entregando unas bebidas y luego viendo hacia nosotros. – Qué tal. – Saludó de nuevo sin más, aunque no se fue.
Jae solo atinó a darle una sonrisa obviamente fingida.
Al día siguiente que llegó, todos entramos al café y Jae ya estaba aquí, porque al parecer se había quedado a dormir.
Cuando John los presentó a todos, David como siempre intentó molestar.
- ¿Habla takataka? – Preguntó causalmente hacia John frente a Jae.
Jae lo observó unos segundos, luego respondiendo algo en Coreano.
- Sí habla takataka. – Se respondió solo.
Jae le sonrió, escribiendo algo en su teléfono y mostrándoselo.
David alzó una ceja, viendo hacia él y sonriendo ligeramente. Le pidió el teléfono y escribió algo también, que al parecer no le gustó a Jae, porque solo le dio un vistazo más, guardando su teléfono y pasando por su lado, sentándose en mi asiento, por lo que fui de inmediato hacia él.
- Ese es mi asiento.
Alzó una ceja, apoyando ambos antebrazos en la mesa y entrelazando los dedos.
- ¿Desde cuándo las mesas tienen dueño? – Respondió, por lo que solté mis feromonas, pero por supuesto no fue afectado.
- Alex. – Oí que llamaron detrás de mi y giré, encontrándome con John, quien había retrocedido ligeramente.
Me detuve, dándome cuenta que si bien no afectaba a su amigo, sí lo afectaba a él.
Estuve a punto de responder cuando los dueños bajaron, y no me quedó de otra más que irme a otro asiento.
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Predestinados (Omegaverse)
Teen FictionLos predestinados son solo un cuento de hadas, pero cuando su pareja alfa se encuentra con su omega predestinada y le regala la marca que él tanto había anhelado por años, Alex lentamente comienza a odiar a los alfas y al destino. ¿Será que este ome...