Cuando llegué al café, todos ya estaban ahí, pero decidí quedarme fuera un momento, viendo cómo Dalia hablaba con los chicos, casi como si les llamara la atención.Era una escena algo divertida, considerando que ella era algo pequeña, notándose más al lado de ellos.
David incluso la estaba viendo divertido, mientras John solo le prestaba atención.
Ambos se dieron un vistazo cuando Dalia dejó de hablar, David diciendo algo hacia John, Dalia golpeándolo y él sonriendo por lo bajo.
John pareció responder, ganando una mirada de ambos.
David suspiró, dándole un par de palmadas en el hombro, luego agregando algo más antes de ir tras el mostrador.
Dalia abrió la boca y hasta logré escuchar su grito desde afuera, llamándolo y siendo ignorada.
John parecía también sorprendido, luego sonriendo por lo bajo. Comenzó a hablar con Dalia, tal vez para que se calmara, así que volví la vista a David, quien ahora veía hacia mi.
Alzó una ceja, así que le di una pequeña sonrisa, entrando por fin.
- Buenos días. – Saludé tranquilamente.
Dalia giró hacia mi y sonrió, acercándose a saludar.
- Algunos viven por el chisme. – Soltó David. – Buenos días. – Saludó tranquilamente después.
Entrecerré los ojos hacia él, que me dio su sonrisa ladeada.
- Buenos días. – Oí detrás de Dalia y alcé la vista, cruzándola con la de John.
Hacía más de una semana le había dicho que podía ser egoísta, pero como el buen cobarde que era, había evitado hablar de ese tema.
Estuvo portándose algo raro cuando David estaba alrededor, y como era demasiado obvio, el mismo David lo había molestado sobre eso hacía unos días, probablemente intentando que dejara de hacerlo.
Tal vez por eso Dalia les había llamado la atención, aunque podría ser cualquier cosa.
John me dio una sonrisa, que devolví inconscientemente sin apartar mi mirada de él.
- Vaya, empezamos temprano hoy.
Giré hacia David, quien solo arrugó los labios, luego apartando la mirada para seguir acomodando su delantal, silvando.
Tomé mi teléfono y vi la hora, notando que incluso se nos había hecho tarde.
Pasé la vista por el café, viendo que ya estaba todo listo, luego dándome media vuelta para cambiar el cartel a abierto.
Oí a David comenzar a reír, así que vi hacia él.
Estaba cubriendo su rostro sin parar de reír, aunque intentando aguantar.
Respiró hondo, luego viendo hacia mi.
- No me refería a eso, sapito. – Soltó con una enorme sonrisa.
No lo había visto reír así desde hacía un tiempo, y no pude evitar sentir una calidez por dentro, sonriendo por eso.
Fui a mi lugar en cuando oí la puerta abrirse tras de mi, dejándolos atender tranquilamente.
Comenzaron a entrar más personas, y solo observaba cómo todos estaban atendiendo, incluyendo John. Siempre decía que nuestro turno comenzaba en la tarde, pero él lo hacía todo el día.
Decidí levantarme y ayudar también solo para no quedarme sentado como siempre, pero John se negó a que los ayudara.
- Te voy a tener que pagar horas extra. – Dijo como excusa, a lo que solo entrecerré los ojos hacia él, mientras una sonrisa se formaba en su rostro.
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Predestinados (Omegaverse)
Roman pour AdolescentsLos predestinados son solo un cuento de hadas, pero cuando su pareja alfa se encuentra con su omega predestinada y le regala la marca que él tanto había anhelado por años, Alex lentamente comienza a odiar a los alfas y al destino. ¿Será que este ome...