Capítulo 1

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Cuando oí decir mi nombre al chico del mostrador, me despegué de la pared y fui a por el café.

Agradecí y salí del local en un apuro, ya que mi alfa me esperaba fuera mientras atendía su teléfono por trabajo.

- Aquí tienes. – Le dije con una sonrisa.

- Gracias. – Dijo volteando a verme, con una pequeña sonrisa en el rostro.

Le sonreí aún más.

En cuanto colgó, comenzamos a caminar hacia el auto para regresar a nuestro departamento. Hemos sido pareja por 6 largos años ya, desde que descuidadamente se sentó a mi lado en el primer día de la escuela secundaria y decidió hablarme. Poco después comenzamos a salir y decidimos mudarnos juntos desde que la escuela terminó.

Él sin duda ha sido el mejor novio, aunque no tenga con quién compararlo, ya que es el primero que he tenido. Es de los que les gusta consentir, además de preocuparse siempre por mí. Incluso decidió trabajar desde antes de terminar la escuela para poder ahorrar lo suficiente y comenzar a vivir conmigo lo más pronto posible. Definitivamente no podría pedir nada más.

Tomé su mano y giró la cabeza levemente hacia mí con una sonrisa, apretando su agarre.

Le devolví la sonrisa y no quité mi vista de él.

Amo a este hombre, y deseo más que nada estar unido a él para siempre. Es por eso que hay una cosa que quiero desde hace mucho.

Quiero que seamos compañeros.

Y para serlo, él debe morderme en la nuca, ya que soy un omega.

En este mundo, existen además de los géneros de hombre y mujer, tres subgéneros que se descubren cuando los niños comienzan a crecer. Y estos son conocidos como alfas, betas y omegas.

Los betas son los más comunes, ya que son como cualquier persona, son solo hombres y mujeres. Los alfas son conocidos por ser los más sobresalientes en todo, y poseen además unas feromonas fuertes, con las que pueden atraer a los omegas. Yo pertenezco a este último, los omegas que, seamos hombres o mujeres, somos capaces de procrear. Somos solo un 3% de la población mundial, y aunque somos bastante escasos, suelen tratarnos como inferiores por sufrir del celo, donde, si estamos cerca de algún alfa, podríamos terminar siendo abusados por este, ya que por su naturaleza, su mente se nubla y su cuerpo toma el mando, aunque hay algunos que pueden controlarse, forzándose a ellos mismos a retirarse del lugar. Normalmente, los omegas terminan siendo compañeros de un alfa, ya que, además de ser los que sienten las feromonas de los omegas, son los únicos que pueden calmar el celo de uno.

Para convertirse en compañeros, el alfa debe morder al omega en la nuca. Esta marca hará que solo puedan reaccionar a las feromonas de su pareja, no dejando que el resto de alfas puedan sentir el celo del omega emparejado.

Y esa marca es la que busco, porque quiero pasar mi vida con este hombre.

Él no es de las personas que dicen lo que piensan muy seguido, a diferencia de mí, por lo que constantemente soy el que pide las cosas, y esta vez no será diferente.

Tragué saliva y moví mis manos nerviosamente mientras apretaba el vaso de café con ambas manos. El café no era mi cosa favorita en la vida, pero a Matt le gustaba, así que lo bebía junto a él.

Paramos en un semáforo y respiré hondo, preparándome.

El auto estaba estacionado a dos calles de donde estábamos, solo porque le había pedido que lo hiciera para estirar las piernas, ya que casi siempre usábamos solo el auto y era bueno caminar de vez en cuando, además que tendríamos un poco de tiempo para pedirle la marca.

Predestinados (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora