NOTA: Lean hasta donde crean correcto 😏——————————————
- ¿Ya se te pasó la rabieta?
Le di un vistazo a Dalia, asintiendo de mala gana y terminando de colocarme el delantal.
Sabía que mi enojo era demasiado tonto, pero ahora solo me daba vergüenza admitirlo, y había estado evitando hablar de eso con John.
- Entonces ya discúlpate y arréglense, que John piensa que sigues enojado. — Giró hacia él e hice lo mismo, notando que estaba como siempre. — Aunque creo que se lo toma bastante bien.
Dalia ladeó la cabeza mientras yo volvía a lo mío, luego cerrando el casillero.
- ... Solo me da vergüenza. — Admití, girando hacia ella y apoyando la espalda en el casillero.
- ¿Y porque te da vergüenza vas a dejar las cosas así? Quiero decir, mañana es su cumpleaños.
Solté un quejido, pasando por su lado para ir a mi lugar, ya que ella había dejado el mostrador vacío cuando vino a hablar conmigo.
- Ya lo sé. — Dije sin más al pasar.
Al día siguiente solo había venido algo avergonzado por portarme como un niño, pero en cuanto lo vi, el beso vino a mi mente y no pude verlo a la cara más, así que aproveché el que pensara que estaba enojado para evitar hablarle, lo que era obviamente cobarde, pero no podía evitar serlo cuando se trataba de él.
De todas formas ya tenía todo listo en mi apartamento para mañana, aunque no estuviéramos en los mejores términos.
Estaba muriendo de sueño por haberme quedado hasta tarde arreglando los detalles, y en la mañana tenía que ir a buscar un par de cosas y listo.
- ¿Alex? — Oí que llamaron, por lo que giré, encontrándome con Enzo.
Abrí los ojos en sorpresa de inmediato, no creyendo que viniera hasta aquí, considerando que vivía hacia el otro lado de la ciudad.
- Hola, ¿qué haces por aquí?
Sonrió, apoyando los brazos en el mostrador.
- Tengo una pequeña cita cerca de aquí, pero no creí encontrarte trabajando, me sorprendí al verte desde afuera.
Le devolví la sonrisa, luego invitándole algo de tomar, quedándose a un lado para seguir conversando porque al parecer su cita llegaría algo tarde.
- Oye, estás todo ojeroso y ni siquiera estamos en exámenes. — Dijo alzando una mano y tocando mis ojeras, por lo que cerré los ojos un segundo, soltando un quejido.
- Es solo por estos días, desaparecerán para la otra semana. — Respondí con una pequeña sonrisa.
Di un respingo al sentir las feromonas que tanto conocía.
- Hola. — John canturreó a su lado con una sonrisa, dándole un vistazo a su mano.
Enzo le devolvió el saludo, bajando la mano y pasando la mirada entre nosotros.
ESTÁS LEYENDO
Predestinados (Omegaverse)
Novela JuvenilLos predestinados son solo un cuento de hadas, pero cuando su pareja alfa se encuentra con su omega predestinada y le regala la marca que él tanto había anhelado por años, Alex lentamente comienza a odiar a los alfas y al destino. ¿Será que este ome...