Capítulo 3

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—Quiero orquídeas blancas insertadas en jarrones llenos de cristales de imitación de diamantes. Todo debe verse reluciente, pulcro, muy etéreo. No quiero paletas de colores, el blanco será el protagonista de la noche— explicaba Stella a la organizadora, era la mejor de la ciudad por supuesto, y ella quería la más elegante de las fiestas. Quería que todos hablaran de la fiesta de compromiso de Stella Grenne y Hugh Lambert —La cubertería debe ser exclusivamente de cristal y plata, nada debe desentonar. Manteles blanco hueso a tono con las cortinas del salón de eventos.

—Me parece perfecto, una idea muy fijada. Pero dime algo, ¿quieres agregar una iluminación cálida o fría?

—La que se vea mejor— sonrió la morena emocionada —¿Tienes invitaciones prediseñadas? No quiero nada elaborado, lo sencillo siempre es lo más elegante.

Ella sabía exactamente lo que quería. Soñó siempre con un compromiso y una boda de ensueño, y era su oportunidad, jamás lo desperdiciaría en algo mal hecho. Quería lo mejor de lo mejor, destacar entre una sociedad vanidosa e inconformista.

La conversación y la planeación del evento se extendió por alrededor de dos horas en la oficina de la tienda. Para cuando habían terminado, el costo del evento rozaba una cantidad exorbitante de dinero que a cualquiera le parecería una locura, pero a Stella no, ella solo veía una inversión necesaria en algo sublime.

—Apenas tengo una semana para la fiesta, conseguir esto para una cantidad de seiscientas a mil personas triplicará el costo a diferencia de algo que se realiza con mucho tiempo de antelación, ¿estás consciente de ello?— le informó la organizadora, pues era su deber. Stella hizo una mueca de ofensa con sus delineados labios y le dio una mirada fulminante.

—¿Te he preguntado precios? Te contraté para que organizaras mi compromiso y posteriormente mi boda. No me interesa cuánto cuesta— le espetó, y la mujer asintió conforme.

—En ese caso, tengo todo para el compromiso. Ahora dime qué quieres para la boda y le damos prioridad al vestido de novia.

Stella se sintió plena, realizada, como si su vida de repente tomara el rumbo que necesitaba. Le dejó saber sus deseos en referente a la boda, a Juliette, quería algo similar al compromiso, colores suaves y claros. Blancos y dorados, con matices de un verde suave para dar algo de tono a la estancia. También acordaron que el banquete de ambos eventos sería personalizado, así que había mucha comida por contratar.

Era tarde para cuando salieron de la oficina con todo un plan de casamiento. Stella estaba eufórica, se casaría dentro de un mes y debía conseguir el vestido de la fiesta, zapatos, peinado y maquillaje perfectos.

—Hasta que al fin saliste de ahí— anunció su amiga y Stella sonrió, lista para contarle los detalles a la rubia —Te perdiste de conocer a un adonis— suspiró soñadora —Era precioso, con uno en encantadores ojos oliva, pero tenía seis hijos— hizo un falso gesto de escalofríos bajo la atenta mirada miel oscura de Stella.

—Estoy comprometida ahora, ¿recuerdas?— le presumió su enorme anillo y Rachel levantó una ceja incrédula.

—¿Cuándo eso te detuvo, amiga?— atajó con sarcasmo y ambas rieron cómplices.

—Touché, pero ahora es diferente, Rach. Debo ser fiel a mi futuro esposo— canturreó y se acercó a la registradora —Debemos cerrar esto, quiero que me ayudes a encargar un vestido.

—¿Para la boda?— jadeó emocionada la rubia y Stella puso los ojos en blanco.

—Para el compromiso, Rachel. Tú deberías comprar algo también, no quiero que mi única amiga se vea insulza.

My Favorite Sin (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora