Una tragedia compartida

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Ajustarse a su nueva vida en Askr fue mucho más fácil de lo pensó en un principio, si bien Lachesis no podía negar que esas batallas en la Torre de Práctica y en el Coliseo, la habían hecho recordar ciertas cosas que, no deseaba tener presentes, lo cierto era que la mayor parte del tiempo, la vida en aquel sagrado castillo era bastante amena y tranquila.

Tanto, que realmente se sorprendió de que su querida Ayra acabara acostumbrándose a un sitio donde la vida era menos frenética que en su hogar.

Suspirando relajada, Lachesis disfrutaba del delicioso té que tan gentilmente Lady L'Arachel le había obsequiado, la princesa sin duda tenía muy finos gustos y esperaba recompensar todas las atenciones que tuvo con ella desde que llegó a esa mística tierra.

-Parece que alguien está disfrutando de la merienda-señaló Ethlyn en tono amable sentada en una mesa del jardín junto con Lachesis, ella invitó a su amiga a una fiesta del té para, tener una amena charla sobre los últimos acontecimientos que habían vivido.

-Definitivamente es reconfortante tener un buen té y unos dulces exquisitos, Mercedes sin duda es una gran repostera-aseguró Lachesis con una sonrisa, sintiendo una genuina dicha de volver a experimentar algo así aun después de... lo que le sucedió en su hogar.

-Lo que más aprecio es la compañía de una buena amiga-comenzó a decir Ethlyn observando las hermosas flores del área-En estos momentos, no podría estar más agradecida de ello-susurró perdiéndose en sus pensamientos.

Lachesis observó a su amiga con una mirada preocupada, la elección de palabras que usó sin duda levantaba más las sospechas que tenía con respecto al... momento en que trajeron a una de sus amigas más cercanas al reino de Askr... ¿Acaso... ella era...?

-¿Sucede algo Lachesis?-cuestionó Ethlyn preocupada.

-N-No es nada-respondió Lachesis, maldiciéndose por haber sonado tan insegura.

-Lachesis, hemos pasado muchas cosas juntas, no solo en la guerra sino también cuando éramos más jóvenes-comenzó a decir Ethlyn en tono dulce-Si algo te aflige o tienes alguna preocupación sobre algo, sabes que cuentas con mi ayuda para resolver lo que sea-aseguró Ethlyn con una sonrisa alegre.

Lachesis observó a su amiga de años durante un largo rato, su mirada, su sonrisa, su cálida expresión... todo lo que había extrañado durante años desde aquel terrible suceso y que hizo todo lo que estuvo en sus manos para mantener aquel recuerdo de ella vivo en la memoria de sus hijas.

Sin duda fue una bendición que aun después de lo sucedido, las hijas de Ethlyn decidieran no rendirse y seguir manteniendo vivas las creencias de sus difuntas madres.

Bebió un poco de té, intentando que la agradable infusión tranquilizara sus nervios, lo que estaba a punto de preguntar no sería agradable, pero necesitaba confirmar sus sospechas para saber cómo debería actuar de ahora en adelante.

-Ethlyn, eres libre de no contestar esta pregunta si no te sientes cómoda, pero ¿Me gustaría saber cuál es tu último recuerdo antes de llegar aquí?-cuestionó Lachesis en el tono más calmo que pudo.

Hubo una pausa bastante considerable en la que Ethlyn, aparentemente trataba de decidir la respuesta que le daría, cuando Lachesis pensó que quizás fue demasiado para su amiga, Ethlyn tomó un pequeño sorbo de té antes de hablar.

-Arvis, usando el tomo de Valflame para ejecutarme luego de ejecutar a mi hermano-admitió Ethlyn en tono bajo, tratando de ocultar la rabia que aun hoy en día, carcomía cada parte de su ser.

Para su sorpresa, Lachesis no parecía especialmente sorprendida por aquella revelación.

-Eso intuí en el momento que miraste a Deirdre-confesó Lachesis en tono tranquilo-Si te sirve de consuelo, pude lograr cumplir la promesa que te hice una buena cantidad de años, antes sufrir el mismo destino-aseguró Lachesis en tono sereno, sorprendiendo a Ethlyn.

-¿Cuántos escaparon?-cuestionó Ethlyn una vez que fue capaz de digerir aquella información.

-No fuimos muchos-admitió Lachesis en tono melancólico-Muchos murieron tratando de retrasar a las tropas de Arvis y Tailtiu fue llevada por su familia ya que querían castigarla personalmente por lo sucedido-agregó Lachesis sin poder ocultar su tristeza, pasó otro lapso de tiempo hasta que finalmente Ethlyn habló.

-Lachesis... mis hijas... ellas...-trató de decir Ethlyn en vano, temiendo que lo peor hubiera pasado.

-Tranquila, antes de morir logre mandarlas junto con el resto a Silesse-aseguró Lachesis en tono tranquilo, llenando de alivio la cansada mente de Ethlyn-Cuando aun vivían en mis dominios, ellas hicieron un pacto con los hijos de tu hermano para vengarlos y para terminar la guerra-expresó Lachesis ganándose una mirada de sorprendida de Ethlyn.

-Incluso los cinco decidieron usar unas bandas de tela blanca en la frente en su honor, como un símbolo de que mantendrían vivos los valores de paz que les inculcaron-agregó Lachesis con una sonrisa, recordar aquel juramento que hicieron esos pequeños niños, aun le enternecía el corazón.

La respuesta de Ethlyn fue soltar una fuerte risa por aquella información, no esperaba menos de sus hijos y de sus sobrinos.

-Son de tal palo tal astilla-señaló Lachesis con una gran sonrisa-Y no me caben dudas de que se volvieron la peor pesadilla de Arvis y su sequito-aseguro Lachesis en tono seguro.

-No esperaba menos de ellos-afirmó Ethlyn más tranquila-De verdad... me hubiera encantado ver como crecieron todos ellos-admitió con cierta melancolía en su voz.

-Si tenemos suerte, quizás Phyria pueda traerlos pronto-comenzó a decir Lachesis en tono tranquilo-Aunque no me sorprendería que mi querida hija Larcei se haya convertida en toda una Ayra al crecer-expresó en tono risueño.

-Aun recuerdo como todas las mañanas muy temprano, iba directamente a su habitación para exigirle que la entrenara desde temprano-recordó Ethlyn entre risas.

-Sí, mi amada Ayra siempre me decía que no le quedaban dudas de que se volvería una gran espadachina, porque heredo mi energía y mi terquedad-afirmó Lachesis de muy buen humor.

Ambas amigas siguieron conversando de aquellas anécdotas, recordando aquellos tiempos felices en los que sus vidas parecían tan perfectas y que el futuro se veía inmensamente brillante para todos.

Quizás su tiempo había terminado en su mundo, pero se asegurarían de aprovechar la segunda oportunidad que les había dado vida para, no solo reencontrarse con sus familias, sino también para pasar cada instante que pudieran con las personas que tanto amaron en vida.

Aun si una de la ellas no la recordaba y la otra aparentemente era de un tiempo anterior al que formaran una relación, para ellas ya era todo un milagro volverlas a ver una vez más.

Una "aventura" en Fire Emblem Heroes 2ndDonde viven las historias. Descúbrelo ahora