El valor del boxeador

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Pese a su curiosidad de desentrañar los misterios de aquel mano a mano del que Phyria era una experta, Michalis no estaba del todo convencido de que ese intento de la invocadora para que entendiera el verdadero valor del boxeo, realmente tuviera algún beneficio.

Siempre que la invocadora utilizaba sus extraños artefactos mágicos, casi era garantizado que serían usados para una total pérdida de tiempo, no entendía que era lo que tenía tan fascinados a los miembros de la orden con aquellos llamados... programas de entretenimiento que, regularmente la invocadora ponía en esa especie de espejo mágico, pero Michalis no dejaría que algo tan insulso llamara su atención.

Michalis se encontraba sentado en la habitación de Phyria, esperando que esta trajera lo que ella denominaba, "botanas" que al parecer eran necesarias para disfrutar de aquellas visiones mágicas que Phyria colocaba atreves de ese espejo de color negro, no estaba seguro si eso realmente lo ayudaría a entender el significado de ese estilo de combate, pero a esas alturas no podía hacer mucho, dado que la única que sabía de ello era la invocadora de Askr...

-Bien, tenemos palomitas y gaseosas, ¿¡Estás listo para una experiencia que te enseñara el valor del boxeo!?-exclamó Phyria en tono muy animado.

-Espero que todo esto, no sea uno de tus nefastos intentos por convencerme de la utilidad de tus artilugios-advirtió Michalis con cierta dureza... lo único rescatable del asunto, era que Phyria no se atrevió a ponerle esa salsa picante a las palomitas.

-Te juró que la serie de Ashita no Joe, te dará un panorama de lo que significa aprender este noble arte de combate-afirmó Phyria en tono decidido.

-De acuerdo-suspiro Michalis finalmente en tono cansado-Pero te advierto que no soy tan fácil de convencer como el resto del grupo-aclaró Michalis en tono firme.

-Tú tranquilo y disfruta del espectáculo-continuo Phyria en tono relajado, Michalis se limito a acomodarse lo mejor posible en el mullido sofá antes de que Phyria activara el poder de su espejo oscuro.

Lo que observó Michalis fue algo que en un principio no le parecía ni remotamente interesante, poco la importaban las vivencias de un hombre que parecía que, estaba condenado a no ser más que un simple fracaso.

Michalis era ese tipo de persona que creía que todos tenían un destino y un propósito dictado desde el nacimiento, por eso alguien como el protagonista de esa historia que, genuinamente no nació con nada a su favor, estaba condenado a quedar atrapado en una espiral decadente de errores y fracasos del que jamás saldría.

...

Pero para su sorpresa, aquel joven problemático poco a poco comenzó a encontrar un verdadero sueño en ser un gran boxeador, en un principio Michalis estaba seguro de que volvería a caer en el mismo hoyo donde estaba condenado, pero aun después de tantas derrotas, tragedias, malas decisiones y apenas tener algo medianamente bueno en su vida... aquel hombre supero aquellas adversidades... para pelear con un último rival... el campeón mundial José Mendoza.

Michalis ya no era capaz de ocultar su tensión cuanto más datos salían de la condición física de aquel joven y... las terribles consecuencias que sufriría si se atrevía a pelear... y aun así... a pesar de todo lo que estaba en juego y que perdería algo más que la oportunidad de ganar un titulo... el se mantuvo firme en su decisión para tener una oportunidad de pelear contra el mejor de su mundo...

...

La frase que le dijo a su amada antes de ir a su gran pelea... fue algo que le hizo a Michalis preguntarse seriamente, ¿Cuántos soldados mando a la guerra que, tuvieron un momento similar con sus familias y seres queridos?... Michalis tuvo que ocultar una gran sensación de malestar al darse cuenta que... toda esa gente... aquellos soldados que obligo a servir a su país... eran más que estadísticas de guerra...

La batalla mantuvo a Michalis al filo de su asiento, que el protagonista se mantuviera de pie en cada round luego de recibir tantos golpes y al mismo tiempo propinar tantos aunque cada vez le fuera más difícil, mantuvo el aliento de Michalis atrapado en su garganta.

Los asaltos terminaron dejando a los dos contrincantes cansados y lastimados, Michalis soltó un suspiro de alivio al ver que aquel joven estaba bien pese a todo, aquel muchacho sin duda era una promesa del boxeo que, estaba seguro que pese a todo, estaba destinado a conseguir aquel sueño por el que tanto sudor, lágrimas y sangre derramó aquel hombre.

...

Michalis contuvo el aliento de manera brusca al percatarse de lo que estaba sucediendo... y como término aquella historia que Phyria tan fervientemente intentó mostrarle...

Por su parte, Phyria se mantenía en silencio mientras los créditos del último capítulo terminaban con aquella nostálgica melodía, aun recordaba con cierta nitidez, aquel día que Helia, Natalie y ella vieron aquella serie y, como el final fue un golpe tan duro para todas que, no fueron capaces de soportarlo... y por la mirada baja de Michalis y como apretaba sus puños, le hizo ver que tampoco era nada fácil para él digerirlo.

-Phyria-comenzó a decir Michalis luego de un rato-Gracias, ahora entiendo porque estabas tan empeñada en mostrarme la vida de este increíble hombre-continuo en tono bajo-Ahora entiendo mejor algunas cosas y, veo porque necesitabas que comprendiera lo que significaba ser un boxeador-siguió su discurso en tono bajo.

-Si tuve en algún momento dudas sobre seguir ese camino, ahora ya no las tengo-comenzó a decir Michalis en tono firme mirando a Phyria a los ojos-Porque estoy preparado para arder, arder en ese intenso fuego rojizo, ¡Sin importar que solo quede de mi cenizas blancas!-exclamó Michalis en tono determinado y firme.

Phyria no pudo evitar esbozar una leve sonrisa, no solo por la intensidad que veía en los ojos del rey de Medonia, sino también por las pequeñas lágrimas que podía ver en ellos, parecía que después de todo Michalis aun podía ser conmovido.

-Entonces prepárate, porque estaremos entrenando desde temprano, si queremos llegar a ser la mitad del gran personaje que fue él, entonces tendremos que esforzarnos-afirmó Phyria con una sonrisa segura.

Ambos salieron de la habitación, motivados para entrenar hasta que sus cuerpos no pudieran más y, aunque la primera etapa de su entrenamiento realmente le cobró una gran factura a Michalis debido a su muy poca resistencia, no dejaría que algo como eso lo frenara, aun si fuera hacer añicos su cuerpo, entrenaría hasta volverse en aquel honorable guerrero llamado: Boxeador.

Una "aventura" en Fire Emblem Heroes 2ndDonde viven las historias. Descúbrelo ahora