Con el fin de semana y, gracias a que las tropas de Embla se habían replegado debido a los infructuosos intentos que tuvieron invadiendo las fronteras de Askr, la mayoría de los héroes de la orden se estaban abocando en una variedad de actividades gracias al regreso de su tiempo libre.
Algunos usaban ese tiempo para mejorar sus técnicas de combate, otros se dedicaban al estudio no solo en las artes ocultas, sino también de tópicos y temas de su interés, apoyados por la vasta colección de literatura que tenía la enrome biblioteca del castillo.
Otro decidían usar ese tiempo para dedicarse a sus pasatiempos, otros jugaban y algunos salían a explorar Askr, ya fueran los hermosos prados que rodeaban el castillo o pasando su día en la ciudad comprando y disfrutando del día en compañía de sus amigos y familia.
Pero en el caso de Héctor, solo había una actividad que más adoraba hacer en compañía de su querida hija menor, y esa era entrenar como padre e hija para mejorar sus técnicas de combate juntos.
-¡Nada mal hija!-exclamó Héctor con una sonrisa, apenas logrando esquivar la feroz estocada de la lanza de su hija-¡Pero necesitas más que eso para vencer a tu padre!-terminó de decir Héctor poniéndose en posición con su hacha.
-¡Solo fue el calentamiento!-aseguró Gwendolyn esbozando una sonrisa igual a la de su padre-¡Más vale que estés listo porque ahora iré enserio!-expresó Gwendolyn en tono retador que, no hizo más que hacer que la sonrisa de orgullo de Héctor se ensanchara.
Tanto padre como hija, tenían el particular problema de que no cualquiera estaba dispuesto a entrenar con ellos, debido al entusiasmo desmedido que daban en cada practica, al punto que a veces llegan a propasarse... quizás un poquito en sus humildes opiniones.
Con cada choque de sus armas, Héctor apenas era capaz de contener sus lágrimas de orgullo al ver lo fuerte que era su hija, no había duda de que la sangre de los marqueses de Ostia corría por sus venas, no estaba segura si sería ella o Lilina la que ocuparía el marquesado algún día, pero podía estar tranquilo de saber que sus dos hijas, eran más que capaces de aquel importante puesto... quizás incluso más de lo que él era actualmente.
Luego de dos horas de una intensa batalla, para su sorpresa fue su hija la quien finalmente se detuvo.
-Será mejor que nos detengamos por ahora-expresó Gwendolyn con un ligero aire preocupado.
-¿Ya estas cansada hija?-quiso saber Héctor preocupado, quizás presiono demasiado a su querida hija.
-No, pero no quiero arriesgarme al regaño de mamá y Lilina si acabamos rompiéndonos los brazos de nuevo-afirmó Gwendolyn bastante pálida y temblorosa, Héctor inmediatamente compartió sus miedos... definitivamente su hija menor heredó la volatilidad de su madre, aunque afortunadamente para él y para todos, solo salía a relucir cuando realmente estaba furiosa.
Ambos se sentaron en una banca y se quitaron sus armaduras de la parte superior en un intento por refrescarse, aunque el otoño ya había llegado a Askr, la temperatura aun no era especialmente fría y luego de tanto entrenar, necesitaban refrescarse un poco.
Héctor abrió la hielera que Phyria le había prestado y saco dos botellas de agua bien heladas para ambos, compartieron un cómodo silencio mientras se refrescaban y disfrutaban de la calma del ambiente, no paso mucho para que Héctor se animara a romper el hielo.
-¿Hija, puedo preguntarte algo?-cuestionó Héctor en tono curioso.
-Claro papá, ¿Qué necesitas saber?-respondió Gwendolyn igual de curiosa.
-¿Qué fue lo que te motivo a aprender a usar la lanza?-cuestionó Héctor, creía que en el futuro especializaría a su hija con el hacha, aunque le quedo claro que su hija también se manejaba bien con ella.
-Tú me lo recomendaste-expresó Gwendolyn en tono tranquilo, la cara de confusión de su padre la hizo continuar-Como perdías con la tía Lyn y el tío Eliwood porque usan espadas, me dijiste que aprendiera a usar la lanza para no perder contra nadie de espada-explicó Gwendolyn con simpleza.
-Ya veo...-murmuró Héctor en tono pensativo... lo peor es que era algo que definitivamente haría-¿Quién te entreno con las lanza?-quiso saber Héctor en tono curioso.
-El tío Oswin por supuesto-exclamó Gwendolyn con una gran sonrisa, Héctor no pudo evitar sonreír al ver que su viejo amigo se hubiera dedicado a instruir tan bien a su hija-Y claro, también Bors me ayudaba mucho-continuó Gwendolyn en tono tranquilo.
-¿¡Quién es Bors!?-exclamó Héctor alterado.
-Un caballero de Ostia que me apoyaba cuando el tío Oswin no tenía tiempo para entrenar por sus deberes-afirmó Gwendolyn con tranquilidad.
-¡Y ese idiota te dejo SOLA con un muchacho!-exclamó Héctor rabiosos poniéndose de pie, Gwendolyn se limito a suspirar, parecía que su padre ya era así desde joven...-¡Voy a patear ese idiota cuando lo invoque Phyria! ¡EN QUE CABEZA CABE DEJAR A MI HIJA SOLA CON UN MAL NACIDO!-bramó Héctor furioso.
-Papá en primer lugar no es un mal nacido-afirmó Gwendolyn en tono cansado y aburrido, en una expresión que Héctor reconoció que era muy propia de Serra...-Él ha sido mi amigo por mucho tiempo, prácticamente como un hermano mayor para Lilina y para mi-aclaró Gwendolyn suspirando un poco, no era la primera vez que veía ese lado de su padre.
-¡VOY A PATEARME A MÍ MISMO CUANDO PHYRIA INVOQUE MI VERSIÓN VIEJA! ¿¡CÓMO PUDE SER TAN ESTÚPIDO COMO PARA PERMITIR...!?-continuo bramando Héctor mientras Gwendolyn se limitaba a mirarlo cansado.
Y aunque... quizás era demasiado vil usar el ardid que estaba a punto de usar para quitarse la atención de su padre de encima, estaba segura de que su querida hermana Lilina podría lidiar bien con eso.
-Pero sabes, en tu lugar estaría más preocupado por Lilina que por mi-comenzó a decir Gwendolyn en tono desinteresado, captando la completa atención de Héctor.
-¿Q-q-qué quieres decir?-cuestionó Héctor muy pálido y tembloroso.
-Solo digamos que, nuestra querida Lilina siente una atracción por una personita muy especial-continuo Gwendolyn en un tono engañosamente divertido y una sonrisa inocente.
Y ahí estaba... aquella dulce, pero manipulativa sonrisa que Héctor vio en Serra tantas veces... pero ahora reflejada en su querida hija...
De todas las cosas que le pudo aprender a Serra... ¿¡PORQUE TUVO QUE APRENDER LA PEOR DE TODAS!?
-¡TIENES QUE DECIRME SU NOMBRE INMEDIATAMENTE!-exclamó Héctor sin saber si estaba temblando del miedo o de la ira.
-Vamos papá, ¿Qué clase de hermana mayor sería revelando las intimidades de mi hermana menor?-comenzó a decir Gwendolyn retirándose unos pasos lejos de él, empalideciendo a su ya aterrado padre-Pero si me alcanzas, quizás considere decirte algo-afirmó Gwendolyn en tono burlón antes de salir corriendo.
Héctor salió tras ella como pudo, siendo consciente de que no era ni la mitad de rápido que su hija...
¿¡PORQUE ELLA TUVO QUE HEREDARLE LO MÁS PELIGROSO A SERRA!?
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Una "aventura" en Fire Emblem Heroes 2nd
PertualanganSigue las aventuras pero sobre todo desventuras, de una invocadora que intenta traer la paz al reino de Askr. Haciendo tratos con el diablo (Anna) para conseguir orbes y cosas, lidiar con los príncipes de Askr y sus invocaciones pero sobre todo, sob...