Una "aventura" en Fire Emblem Heroes 2nd

Apoyo de Amistad (Soleil/Phyria)

Aun Phyria no podía creer todo el desastre que sucedió por su pequeño truco de magia, era increíble como la mayoría de sus compañeros estaban dispuestos a comenzar un nuevo enfrentamiento contra Embla, solo para asegurarse de que no hubiera sido secuestrada por Verónica...

Definitivamente era la última vez que ella apostaba con Anna, lo último que necesitaba era que sus compañeros causaran más desastres de los que ya la tenían acostumbrada...

Regresando luego de correr durante una hora y algo alrededor del castillo, Phyria se dirigía a su habitación dispuesta a darse una buena ducha luego de tanto entrenar y, quizás empezar a buscar algo de comer, ya que no estaba dispuesta a esperar un par de horas hasta que fuera la hora de la comida.

Sus planes fueron interrumpidos cuando se dio cuenta de que todo indicaba que debía evitar uno de los peores desastre que había visto hasta ahora... de todas las personas con las que Soleil podía coquetear... ¿¡Porqué tenía que ser con ELLA!?

Para ese punto, Olivia estaba seriamente considerando en utilizar la espada que aun llevaba con ella, luego de haber practicado un rato con Lucina y Mia en la sala de entrenamiento, solo para liberarse del acoso de su compañera, escuchó rumores de que Soleil podía llegar a ser demasiado insistente algunas veces... pero nunca pensó que pudiera llegar así de lejos.

-Por favor Olivia-suplicó Soleil haciendo su mejor cara de cachorrito, manteniendo a Olivia casi contra la pared-Juró que conseguiré los pastelillos de Catria para hacer que nuestra fiesta del té sea la mejor-aseguró Soleil sin dejar de insistir con su mejor sonrisa.

-Como te lo mencione antes Soleil-comenzó a decir Olivia en el tono más correcto que pudo-Tengo algunas cosas que hacer, así que tengo que rechazar tu amable invitación-continuo Olivia tan tranquila como le fue posible y, disimuladamente comenzando a acercar su mano al mango de su espada.

-Pero...-Soleil no tuvo la oportunidad de seguir suplicando, antes de que Phyria le tapara la boca y luego de decirle un breve "yo me encargo" a Olivia, se llevó por la fuerza a una indignada Soleil que, no era capaz de liberarse del agarre de Phyria.

Apenas abandonaron el lugar, Olivia casi cayó de sentón en el suelo sintiéndose entre aliviada y asustada... ¡De verdad le debía una muy grande a Phyria luego de sacarla de esa incómoda situación!

En la habitación de Phyria, Soleil no dejaba de rabiar por la forma tan brusca e injusta con la que Phyria la apartó de Olivia, ¡Estaba segura de que si insistía un poco más, Olivia hubiera aceptado ir a tomar té con ella!

-¿¡Qué clase de superior eres!?-exclamó Soleil indignada una vez que Phyria la liberó luego de cerrar bien la puerta-¿¡No se suponía que me ayudarías si trataba de conquistar a alguien soltera!?-continuó Soleil rabiosa.

-Soleil, Olivia es la única persona que no puedes cortejar en este lugar-sentenció Phyria en tono duro, tomando por sorpresa a Soleil.

-¿Acaso tú la escogiste primero?-inquirió Soleil aun molesta.

-No se trata de eso...-intentó explicar Phyria cuando Soleil la volvió a interrumpir.

-Así que tu ayuda termina cuando te interesa una de ellas-bufó Soleil con resentimiento.

-¡No! ¡Lo que intento decirte es que...!-trató de responder Phyria cuando fue nuevamente interrumpida.

-¿¡Qué!? ¿¡Qué también, Lyn, Florina, Maribelle y las otras que has mencionado también son parte del harem que te quieres hacer!?-acusó Soleil más molesta.

-¡OLIVIA ES TU ABUELA!-bramó Phyria harta.

-¿Eh?...-fue todo lo que pudo pronunciar Soleil una vez que entendió las implicaciones de las palabras de Phyria.

-Lo que estoy a punto de contarte, debes jurarme que no se lo dirás a nadie, de esto incluso puede depender si existirás o no-advirtió Phyria muy seria, Soleil se limitó a asentir algo temblorosa.

Poco a poco y asegurándose de no mencionar más información de lo debido, Phyria comenzó a explicarle el asunto de los viajes en el tiempo que, se origino en el mundo de Olivia y como eso sumado a algunos eventos que pasaron en su mundo, dieron como consecuencia la llegada de su padre al mundo de ella y, su nacimiento en aquel lugar.

Soleil se mantuvo en completo silencio mientras poco a poco asimilaba toda la información que Phyria le entregó... entonces... la abuela Olivia que su padre le contaba con tanto cariño y devoción... y cuya banda ella portaba en su cabeza desde que era joven... era...

-¿¡Qué demonios he hecho!?-exclamó Soleil con una mezcla de miedo y desesperación-¡Ahora mi abuela debe odiarme!-aseguró Soleil algo llorosa.

-Tranquila Soleil-comenzó a decir Phyria tratando de calmar a su amiga-Olivia no es una persona rencorosa, estoy segura de que si le demuestras que no eres así todo el tiempo, eventualmente te perdonara-afirmó Phyria en tono tranquilo.

-¡Pero aun así...!-expresó Soleil desesperada cuando se dio cuenta de que a su abuela... no era la única persona que le debía una disculpa...-Phyria... yo...-musito Soleil sin poder mirar a Phyria a los ojos, cuando esta la interrumpió con suavidad.

-Oye tranquila, no es lo peor que me han dicho y puedo entender que estabas muy molesta-admitió Phyria con tranquilidad.

-Soy un desastre...-expresó Soleil en tono apagado.

-Soleil aun eres joven, por supuesto que vas a cometer errores como estos-aseguró Phyria en tono tranquilo llamando la atención de Soleil-Incluso cuando llegues a mi edad aun puedes cometerlos, pero lo importante es aprender de ellos para no repetirlos y compensar los que has hecho, eso es parte de madurar-terminó de decir Phyria en tono cálido.

-Muchas gracias Phyria, de verdad eres una gran superiora-expresó Soleil en tono agradecido.

-Probablemente no, pero me alegra que pienses así-aseguró Phyria en tono divertido antes de juguetonamente despeinar un poco a Soleil, la cual entre risas trato de hacerle lo mismo a Phyria.

Aunque no estaba segura si encontraría la manera de disculparse adecuadamente con su querida abuela Olivia, haría todo lo que hiciera falta para remediarlo, en especial porque no estaba dispuesta a quedar en tan malos términos con aquella maravillosa mujer que, su padre con tanto orgullo y cariño aseguraba que era la mejor bailarina que alguna vez hubiera existido.